Sanciones a Pdvsa favorecen a Maduro y operadores “oscuros” mientras castigan a empresas occidentales

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A finales de enero de 2019, el gobierno del presidente estadounidense Donald Trump decidió endurecer sus políticas contra Venezuela para propiciar un cambio de gobierno, por lo cual aplicó sanciones unilaterales a la principal empresa administrada por el régimen de Nicolás Maduro como lo es Petróleos de Venezuela (Pdvsa).

Pdvsa, en un período muy corto, perdió la gran mayoría de sus clientes y esta situación obligó al régimen de Maduro a implementar nuevas estrategias, algunas un tanto clandestinas, para producir y vender el crudo venezolano en el mercado internacional, según informes de Argus Media.

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Además, enfocó su mirada en nuevos socios estratégicos, de dudosa procedencia, que le permitieran restablecer a cierto nivel la capacidad operativa de la industria en el país. Asimismo, con la ayuda de aliados como Irán, China y Rusia, el régimen ha logrado esquivar hábilmente las sanciones impuestas por Estados Unidos lo que, lejos de lograr los objetivos propuestos, ha hecho lo contrario.

Neil Herrington, vicepresidente senior del Departamento de las Américas de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, asegura en un artículo publicado recientemente que las sanciones económicas han traído consecuencias negativas importantes a ambos países y no han logrado su cometido de devolver la democracia a los venezolanos.

Advierte que si bien “tuvo buenas intenciones en su objetivo de librar al sufrido pueblo venezolano de Maduro, el fracaso final de las amplias sanciones intersectoriales para estimular una rápida transición democrática desató una cascada de consecuencias negativas no deseadas”. Ante ello considera que “el tiempo es esencial para reformar una arquitectura de sanciones que ha ayudado a fortalecer a Maduro, que ha profundizado la grave crisis económica y humanitaria de Venezuela, ha provocado daños a las empresas estadounidenses y ha socavado nuestra seguridad nacional”.

El sector energético fue entregado a Maduro

La salida de la petrolera francesa Total y la noruega Equinor de Petrocedeño, la empresa mixta con Pdvsa, fue el último capítulo de un éxodo de empresas occidentales de Venezuela. El vicepresidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos alertó sobre la posición tomada por Venezuela, ya que “Pdvsa se jactó del anuncio: ahora Venezuela es dueña absoluta de una de las empresas más poderosas de América Latina. ¿Porque tan feliz? Porque la pérdida de 1.400 millones de dólares de Total se convirtió instantáneamente en la ganancia del régimen de Maduro cuando Pdvsa absorbió la parte de la empresa francesa de riesgo compartido”.

Afirma que en el sector energético esto es parte de un patrón que considera que la política actual de Estados Unidos recompensa “perversamente a Pdvsa y a Nicolás Maduro”; mientras castiga a las empresas estadounidenses y aliadas.

Un ejemplo de su efecto contraproducente está plasmado en el cambio que en de abril de 2020 el Departamento del Tesoro hizo a la Licencia General 8, que prohíbe a las empresas estadounidenses reclamar sus extracciones de petróleo en Venezuela. “Pdvsa ahora retiene y vende petróleo que antes era propiedad de empresas estadounidenses, lo que enriquece aún más el régimen de Maduro a expensas de las empresas”, indica Herrington.

Recuerda que en noviembre del año pasado, el gobierno estadounidense prohibió a las empresas europeas Repsol y ENI, aceptar petróleo venezolano como forma de pago por sus operaciones y producción de gas natural. “Como era de esperar, el resultado fue similar al cambio de la Licencia General 8: Pdvsa ahora se embolsa todo el gas natural producido a expensas de los europeos”, alerta.

Herrington asegura que el éxodo de empresas estadounidenses y aliadas no se limita al sector energético.  “La actual política de sanciones de EEUU ha contribuido significativamente a la fuga de empresas que incluyen marcas estadounidenses icónicas en las industrias agrícola, automotriz y de servicios financieros que se habían comprometido con Venezuela, y que emplearon a decenas de miles de venezolanos durante décadas. Su salida es una fuente de desesperación inequívoca para los venezolanos comunes”.

Sostiene que es la razón por la que un estudio encargado por la Cámara de Comercio de Estados Unidos el otoño pasado reveló que un porcentaje abrumador de venezolanos-estadounidenses apoya la presencia continua de empresas estadounidenses y aliadas en el país. “Este grupo con familiares y amigos que sufren a manos de un régimen cleptocrático, represivo e incompetente es muy consciente de que las empresas estadounidenses y occidentales son a menudo la única fuente de apoyo financiero para sus empleados, las familias y las comunidades de los empleados”, precisa.

Seguridad nacional de Estados Unidos

Herrington advierte que ha sido claro que cuando las empresas occidentales se van a menudo son los gobiernos antidemocráticos los que llenan el vacío, fortaleciendo aún más sus puntos de apoyo en el hemisferio occidental. Cita en su artículo un estudio reciente del Wilson Center, el cual ilustra las formas en que los países autoritarios, como China, Irán y Rusia, ayudan al régimen de Maduro a eludir las sanciones de «máxima presión» y atender sectores críticamente estratégicos.

“Irán proporciona apoyo técnico a Pdvsa para la reconstrucción de su sector de refinación nacional. El mes pasado, Rusia anunció su amplio compromiso de mejorar la seguridad de la infraestructura energética de Venezuela a medida que parten las empresas occidentales y China ha comenzado a sentar las bases para reactivar la producción de petróleo”, puntualiza.

El representante la Cámara de Comercio estadounidense hizo un llamado a la acción a la administración de Joe Biden, para que realice a la brevedad posible una revisión de la política de sanciones hacia Venezuela.

“La conclusión para la administración de Biden debería ser clara. Hace tiempos que se necesita revisar la política de sanciones contraproducentes de Estados Unidos hacia Venezuela, que ha producido innumerables consecuencias negativas no deseadas. Una estrategia originalmente diseñada para impulsar un rápido cambio de régimen solo ha servido para prolongar el gobierno de Maduro, exacerbar la difícil situación de los venezolanos comunes, socavar las empresas estadounidenses y aliadas y poner en peligro la seguridad nacional”.

Herrington finaliza con esta reflexión: “Hace cuatro años advertimos sobre estas mismas consecuencias no deseadas y recomendamos un enfoque alternativo de sanciones multilaterales dirigidas. La comunidad empresarial de EEUU está lista para brindar las recomendaciones a la administración sobre una política revisada, diseñada para eliminar simultáneamente tanto la recompensa a Maduro como el castigo a las empresas occidentales y al pueblo venezolano”.

En cuanto a la revisión de las sanciones, el experto petrolero Francisco Monaldi, director de la Iniciativa de América Latina del Instituto Baker e investigador de la Universidad Rice, ha propuesto que haya un acuerdo entre la administración de Nicolás Maduro y la oposición que lidera Juan Guaidó, para que Estados Unidos “haga una excepción” a las sanciones con “fines humanitarios” para los venezolanos.

“Hay varias propuestas sobre la mesa, y el tema es como evitar problemas. En todas ellas hay como un intento de crear un acuerdo entre la administración de Maduro y la Asamblea Nacional de Juan Guaidó para que se pueda lograr que Estados Unidos dé una licencia especial o una excepción a las sanciones para que las exportaciones que ocurran a Estados Unidos vayan a un fideicomiso y de allí sean usadas por un comité administrador para importar a Venezuela ya sea alimentos, o alguna otra ayuda humanitaria”, expresó Monaldi.

China, Rusia, e Irán en primera fila

Recientemente, el portal especializado en noticias petroleras y energéticas OilPrice.com publicó un trabajo donde revela que China tiene una oportunidad de oro en Venezuela, ante la debacle de su industria petrolera.

“El casi colapso de Venezuela y las estrictas sanciones de Estados Unidos están creando una oportunidad para que Rusia, Irán y China fortalezcan su presencia en América Latina, una región que durante décadas ha estado bajo la hegemonía de Estados Unidos. Si bien Rusia e Irán, hasta cierto punto, se han afianzado en Venezuela al brindar un apoyo crucial al asediado régimen de Maduro, es China quien se beneficiará más si puede asegurar una relación cercana con el régimen autoritario socialista”, asegura la publicación.

La creciente desesperación por parte de la administración de Maduro, causada por el casi colapso del petroestado, ha creado una oportunidad para que China explote los vastos recursos de hidrocarburos de Venezuela, que tiene las reservas más grandes de petróleo del mundo entero.

“Esto no podría ocurrir en una coyuntura más crucial para China que busca superar a Estados Unidos para convertirse en el país refinador más grande del mundo y el mayor importador de petróleo crudo. La sed interminable de China por el petróleo, que es una fuente de energía crucial para su economía en crecimiento, está obligando a Pekín a buscar un mayor acceso a los suministros de petróleo en todo el mundo. Las empresas estatales de China han mostrado su voluntad de eludir las sanciones de Estados Unidos para recibir importaciones de petróleo crudo de Venezuela e Irán”, precisa OilPrice.

El incremento de la presión para obtener suministros adicionales de petróleo crudo hizo que la empresa de logística del gigante asiático China Concord Petroleum Co, conocida como CCPC, emergiera como un actor líder en eludir las sanciones de Estados Unidos para suministrar crudo venezolano a las refinerías de Asia oriental.

La importancia de la empresa se destaca por los datos obtenidos por Reuters, que muestran que “durante abril y mayo de 2021 los buques cartografiados por CCPC transportaron más de una quinta parte de las exportaciones de petróleo de Venezuela durante esos meses.”.

Analistas destacan que cualquier inversión de Pekín en Venezuela proporcionará al régimen de Maduro un salvavidas financiero que permitirá a Pdvsa expandir la producción de petróleo, reforzando así la capacidad del gobierno venezolano para resistir las sanciones de Estados Unidos.

“Si Pekín vuelve a ser un prestamista de última instancia y proporciona el capital y otros recursos necesarios para reconstruir la desmoronada industria petrolera de Venezuela, entonces el poder de Maduro se fortalecerá mientras que el valor de las sanciones de Washington disminuirá”, sostienen especialistas en materia energética a OilPrice.

Añaden que es “la creciente debilidad de Maduro y los temores de que el Estado venezolano se derrumbe es la fuerza impulsora detrás de las recientes acciones unilaterales destinadas a establecer una relación con Washington y buscar una flexibilización de las sanciones. Eso ha creado una oportunidad para que el gobierno de Biden busque un camino alternativo al lidiar con Venezuela, el régimen autocrático de Maduro y la enorme crisis humanitaria del condado que dejará de existir si Pekín interviene para llenar el vacío”.

Por su parte, Rusia ha expresado en múltiples oportunidades su apoyo a Nicolás Maduro, básicamente para lograr una mayor presencia en la región con un carácter geopolítico estratégico. Mientras tanto y según fuentes de la industria petrolera venezolana que han pedido mantener sus nombres en reserva, aseguran que sigue llegando ayuda por parte de Irán para la reconstrucción de algunas plantas en Venezuela.

“Ya no llega con la misma regularidad que antes, pero Irán sigue enviando partes y piezas para las refinerías venezolanas, igualmente catalizadores y diluyentes para la producción de gasolina. Lo único que si no sabemos es cómo el gobierno está pagando estas ayudas, porque estamos seguros que esa cooperación no es gratuita”, sostienen trabajadores petroleros.

Actores no tradicionales se suman a los negocios

Los abundantes hidrocarburos de Venezuela están atrayendo a una nueva generación de inversionistas, interviniendo donde las empresas históricamente establecidas se están retirando.

Sucre Energy, una compañía de capital privado con sede en Holanda y registrada en España, adquirió los activos venezolanos centrales de Inpex en un acuerdo que se cerró en mayo de este año por una suma no revelada. La empresa compró la participación de 70% de la japonesa en la sociedad de gas natural Gas Guárico con Pdvsa, así como la participación de 30% en la empresa mixta Petroguárico.

La dirección de Sucre Energy está conformada por un triunvirato que integran los abogados Santiago Fontiveros y Nicolás Faillace junto al ingeniero Luis Zapata. Ellos han pasado a ser los tres ejecutivos venezolanos que más fuertemente intentan jugar en los negocios con Pdvsa, amparándose en los preceptos que consagra la Ley Antibloqueo para el Desarrollo Nacional, advierte el semanario Exclusivas Económicas.

En una entrevista con la agencia de noticias especializada Argus Media, Fontiveros y Faillece dicen que Venezuela se encuentra en un punto de inflexión en el ciclo de inversión petrolera, independientemente de la dirección en la que soplen los vientos políticos.

Exclusivas Económicas revela que Fontiveros ha sido uno de los que empresarios que han impulsado la creación de la Asociación Venezolana de Capital Privado (Venecápital), la cual se ha dado a la tarea de promover la captación de inversiones y mostrar las ventajas competitivas que, a su criterio, sigue evidenciando la actividad petrolera venezolana, partiendo desde el punto de vista de costos.

“La narrativa que se ha construido alrededor de Venezuela es una percepción que ha depreciado el valor del país con respecto a su valor intrínseco y más bien el país tiene una bondad geográfica en todos los sentidos porque se puede llegar en un Toyota Corolla a todos los campos petroleros del país. Eso no se puede hacer en Colombia, ni en Perú ni en Ecuador”, aseguró Fontiveros durante un evento de Venecápital realizado a principios de marzo.

Añadió que “la mayoría de las estadísticas que uno ve de 2014 a 2018 sobre el sector petrolero venezolano tienen un costo inflado porque tomaban en consideración los gastos operativos en bolívares a la tasa oficial, pero eso está inflado. En la actualidad es realmente bajo y competitivo. No es de 15 dólares, sino mucho más bajo y en algunos campos es de 3 y 4 dólares por barril”.

Según expertos, el régimen de Maduro está blindando la entrada de estos nuevos actores en el país bajo la figura de la Ley Antibloqueo, un instrumento legal aprobado por una cuestionada Asamblea Nacional Constituyente que fue disuelta luego de haberse elegido en 2020 un nuevo Poder Legislativo, que actualmente no es reconocido por un importante número de países.  

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Juan Carlos Salas
Juan Carlos Salas
Editor Senior. Periodista de Política y Economía. Especializado en la fuente electoral. Locutor y amante de la tecnología. Más de 15 años de experiencia en medios de comunicación tanto impresos como digitales.

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