La amplia mayoría de los venezolanos anhelamos un cambio político que nos permita reconstruir nuestro amado país. Los venezolanos creemos en el Estado de Derecho, en la igualdad y en la democracia como valores intrínsecos al desarrollo y al progreso de la sociedad. Hemos dado batalla durante más de dos décadas para dejar atrás las sombras que han acechado a Venezuela. Queremos que nuestra nación se transforme en ejemplo regional, donde los jóvenes no migren a otros países sino que regresen a sus hogares, de donde nunca debieron partir.
Quienes dedicamos nuestros esfuerzos a la política tenemos una labor inmensa, una responsabilidad histórica sobre nuestros hombros: debemos luchar por devolverles a los venezolanos, su soberanía de poder elegir libremente. Nuestro objetivo es y será acabar con el sufrimiento de nuestra gente, por eso debemos tener la madurez política necesaria para trabajar en cada espacio posible.
La salida del régimen tiene que pasar por una solución consensuada, constitucional y legítima. La organización, movilización y participación de todos los ciudadanos, de esa inmensa mayoría que ha demostrado su voluntad de cambio y que está dispuesta a trabajar unida para lograrlo, es el camino para lograr la meta. Aquí no nos vamos a quedar de brazos cruzados. La inacción no es una opción válida. Seguiremos avanzando y ganando terreno hacia la libertad, la democracia, la institucionalidad y la soberanía. Seguimos porque sí podemos.
Hay quienes intentan poner trabas al proceso. El régimen y sus allegados tratan constantemente de dividirnos y evitar que avancemos. No les conviene que el pueblo pueda elegir libremente su futuro. En su afán por mantener en el poder, intentan engañar a los venezolanos diciéndonos que las sanciones afectan al pueblo: no hay peor sanción para Venezuela que Maduro siga en el poder. Por eso seguiremos elevando la presión a nivel nacional e internacional, avanzaremos en nuestra ruta con el pueblo en la calle.
No debemos olvidar los grandes avances que hemos alcanzado en nuestra lucha. Debemos permanecer en unidad, organizados y exigiendo un cambio de modelo, para que Venezuela vuelva a ser un país democrático, próspero y de avance social para todos, donde nadie tenga miedo a pensar distinto ni querer una mejor Venezuela.
Debemos seguir con la esperanza en nuestros corazones y los pies en la tierra. Las soluciones a las que aspiramos como nación están apegadas a la Constitución. No vamos a dejar de luchar para reconstruir a Venezuela y hacerla un país democrático, de progreso y con instituciones fuertes al servicio de todos.