El servicio de delivery experimenta una desaceleración respecto al boom de 2020-2021 cuando se impuso el aislamiento sanitario en los hogares como consecuencia de la pandemia de la COVID-19 y Venezuela no escapa a esa tendencia, aseguraron fuentes del sector.
«La pandemia implicó una gran expansión de ese servicio que para las empresas del ramo se tradujo en grandes ganancias porque el volumen de pedidos era mucho mayor. Actualmente, esa curva se ha desacelerado aunque la actividad sigue fuerte», explicó la economista Alicia Sepulveda.
La directora de Tributos a Su Alcance indicó que el delivery tiene mucho futuro, pues es una modalidad muy preciada por los comercios y los consumidores.
Sin embargo, precisó que en Venezuela hay que perfeccionar ese servicio, especialmente las condiciones de trabajo de los motorizados y taxistas encargados de recoger y transportar los pedidos.
La semana pasada, trabajadores de la empresa de delivery Yummy realizaron una protesta de calle en Caracas para exigir el cumplimiento de las condiciones laborales.
Afectados que solicitaron guardar sus nombres en reserva contaron que la empresa les redujo de 1,49 a un dólar la tarifa de pago por carga mínima.
«Con esa decisión, el dinero que me entra para mantener a la familia baja muchisimo», alertó un consultado.
El alegato de la empresa fue que sus ingresos ya no son los de antes. De allí la necesidad de sincerar los costos.
Pero luego de la protesta, la empresa revocó la decisión volviendo a la tarifa original.
Los trabajadores también reclaman que la compañía los ayude en las contingencias de robo del vehículo y de accidente en horas de trabajo mediante la cobertura de un seguro privado.
Sepulveda sostuvo que el principal reto para lograr el desenvolvimiento óptimo y armónico de la actividad en Venezuela está en la firma de los contratos individuales, donde las partes -el holding delivery y el trabajador- se basen en el principio de ganar ganar.
«A diferencia de otros países, en Venezuela existen vacíos jurídicos en este tipo de relación», dijo la experta. Agregó que hay varias aristas a corregir para mejorar el sector del delivery en general.
Comerciantes que también pidieron no mencionar sus nombres se quejaron de que las empresas de delivery se quedan con el mayor margen de las promociones.
«Opté por contratar mi propio motorizado para enviar los pedidos a los consumidores. La empresa de delivery me cobraba cada vez más por el servicio», narró el propietario de un negocio de comida en Candelaria.
Sepulveda destacó que la competencia en el área del delivery es muy alta entre los holdings y emprendimientos del ramo que están surgiendo, pero a veces rayan en la informalidad.
La economista precisó que el delivery en el país sigue siendo un área de negocio atractiva y con grandes posibilidades, pero requiere perfeccionarse para que todos los actores -empresas, trabajadores, comerciantes y consumidores- salgan beneficiados.
Se calcula que las empresas de delivery -ubicadas en las principales ciudades del país con Caracas a la cabeza- emplean más de 2.000 personas.
Los trabajadores señalaron que el mayor movimiento de envíos ocurre en las fechas especiales como el Día de la Madre y del Padre, los fines de semana y los dos o tres días posteriores al pago de la quincena.
En Caracas, la zona que concentra las solicitudes de envío es el este, donde vive la gente con mayor poder adquisitivo. La forma de pago por cada pedido generalmente es mediante tarjeta de crédito y efectivo (solo dólares y euros) y en menor grado a través de transferencias y telepago.