Desde que Adele reapareció ante las cámaras con unos cuantos kilos menos, revolucionó al mundo de arte y el espectáculo. Mucho se especuló sobre cómo logró adelgazar tanto o si se encontraba bien. Por eso, los medios se han dedicado a exponer las claves que ha seguido la cantante para adelgazar 45 kilos.
Dicen que la británica decidió cuidarse, pues tal y como recoge Eat This Not That, Adele creía en un primer momento que cuidarse no era algo para ella y es que adelgazar no es una tarea fácil. Por lo que, haciendo algunos cambios en su dieta, logró la transformación física que hoy vemos.
Aunque la cantante es actualmente una artista consolidada, su vida personal atravesó un momento bastante duro en 2019, cuando se divorció de su esposo, Simon Konecki. Pero en lugar de sumirse en la tristeza, Adele decidió incluir cambios en su vida con la esperanza de cuidarse.
Además de proteger su salud mental, inició un proceso de adelgazamiento con el que ha logrado perder 45 kilos. Además de tratar de ser “más fuerte”, decidió alejarse un poco de uno de sus vicios, el celular, pues recuerda que «era bastante adicta» a este aparato.
Asimismo, la artista empezó a hacer «ejercicio dos o tres veces al día». Entre las actividades físicas que realiza están levantar pesas por las mañanas, salir a pasear o practicar un poco de boxeo en las tardes y por la noche hace cardio. Afirma ser una verdadera fan «de la bicicleta elíptica».
Adele también confesó que no siguió una dieta estricta, aunque sí tomó la importante decisión de abandonar el consumo de alcohol. Cuando decidió cuidarse, comprobó que la bebida no iba a ayudarle a perder esos kilos de más.
Reconoció que el fallecimiento repentino de la cantante Amy Winehouse le hizo reflexionar sobre cómo los medios de comunicación reflejarían su propia muerte si no cambiase el hábito de beber. Asegura que su cuerpo «ha sido cosificado durante toda mi carrera» y «no solo ahora». Reconoce que su transformación «pueda sorprender» a más de uno. Sin embargo, recuerda que sigue «siendo la misma persona».
Fuente: El Cofidencial