Visiblemente emocionada y con la voz quebrada, la primera ministra británica Theresa May anunció el viernes 24 de mayo su dimisión, reconociendo su incapacidad para hacer aceptar el acuerdo negociado con Bruselas y dejando al Reino Unido bajo la amenaza de un Brexit brutal.
«Lo intenté tres veces» pero «no fui capaz» de lograr que el Parlamento aprobase el acuerdo de divorcio, afirmó ante las cámaras de televisión frente a la puerta negra del número 10 de Downing Street, su residencia oficial en Londres.
«Creo que era correcto perseverar incluso cuando las posibilidades de fracasar parecían altas, pero ahora me parece claro que en el interés del país es mejor que un nuevo primer ministro lidere ese esfuerzo», agregó, proclamando su amor por el Reino Unido al borde de las lágrimas.
Por eso «dimitiré como líder del Partido Conservador el viernes 7 de junio», anunció. La semana siguiente comenzará el proceso para designar a su sucesor, que será nombrado antes del receso parlamentario, el 20 de julio, según el calendario anunciado por la formación conservadora.
Numerosos aspirantes deberían lanzarse en los próximos días a esta carrera. Pero de momento el único que anunció oficialmente sus ambiciones es el exministro de Relaciones Exteriores, Boris Johnson, defensor de cortar claramente los puentes con la Unión Europea y que inmediatamente llamó al país y al Partido Conservador a «unirse y cumplir con el Brexit».
Con información de AFP