“Dicen que la playa se va a desbordar de gente, pero vamos a ver”

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    Camuri Chico, playa ubicada en el estado Vargas, cuyo nombre fue cambiado a La Guaira, recibe a bañistas luego de siete meses de cerrada por las medidas de cuarentena ante la COVID-19. La decisión de reabrir playas, balnearios y otras actividades turísticas fue anunciada por Nicolás Maduro, el domingo 18 de octubre, como parte de la flexibilización “7+7 plus”, como la definió. 

    “Se escucha que la playa se va a desbordar de gente, pero vamos a ver”, dice Hanuel, dueña de un kiosko de refresco, jugos y chucherías a pocos pasos de la orilla. Aunque está a la expectativa, afirma estar feliz de poder estar en la playa porque para ella el encierro fue muy triste. “Ir a la playa es algo que todos necesitábamos”, asegura.

    Sentada en la arena está Gricel Piñarúa, quien decidió ir a Camuri Chico. Señala que tan pronto llegó se sintió libre. “Considero que el gobierno esperó muchísimo tiempo para reincorporar a los bañistas a la playa, ya que aquí hay mucha gente que depende de la venta informal y esas personas estaban pasando bastante trabajo”, agrega.

    Mientras camina por la playa y habla con los visitantes para mostrarles sus productos, Yorwin, vendedor ambulante, opina que Camuri Chico ha tenido “bastante afluencia de personas” en el primer y segundo día de haber abierto y espera que todas las semanas de 7+7 sean así. Pero, oficialmente, no existe información acerca de que la medida se vaya a mantener luego de que terminen estos siete días.

    Desde marzo, Yorwin tuvo distintos trabajos para generar un ingreso. Iba a las bombas de gasolina de la zona a vender café y cigarros, también fue a pueblos cercanos como Naiguatá y buscó distintas posibilidades. En la misma situación estuvo William García, comerciante de ropa y trajes de baño en Camuri Chico. Dice que durante esos meses “nunca nos dieron una respuesta para abrir nuestros negocios”.

    García fue taxista y vendió mercancía por redes sociales durante el tiempo en que la playa estuvo cerrada. “Pero no es lo mismo”, expresa, al compararlo con vender en su negocio físico. La percepción que ha tenido desde el lunes es que por el problema económico muchas personas no han bajado de Caracas a la playa porque no tienen dinero para ir, “porque el pasaje está muy caro y no se ve lo mismo que antes de marzo”.

    La decisión de Maduro de permitir una mayor flexibilización surge por una disminución de los casos oficiales de contagio por la COVID-19 en los últimos días. Sin embargo, el exministro de Salud, José Félix Oletta, ha señalado, apoyándose en gráficos hechos precisamente con los datos oficiales, que en Venezuela se informan menos casos y se hacen menos pruebas PCR-RT y PDR. Estas se redujeron 64,4% entre mayo y septiembre, por lo que, según los expertos, se hace cuesta arriba hacerle seguimiento a la pandemia en el país.

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