Margarete Brito, abogada, madre de Sofía, de 10 años, lucha al frente de la ONG Apepi, la Asociación de Apoyo a la Investigación y a los Pacientes del Cannabis medicinal, por conseguir la producción nacional del extracto de cannabis que mejora la calidad de vida de su hija que sufre una enfermedad rara, CDKL5, que le provoca convulsiones desde los 40 días de edad.
Margarete solo consiguió descubrir el diagnóstico de su hija cuando Sofía cumplió dos años y medio. Hasta el momento el tratamiento fue a base de un cóctel de medicamentos que suponían graves efectos colaterales para Sofía.
A través de las redes sociales, Margarete conoció el caso de otra niña norteamericana que padecía el mismo síndrome de Sofía. Los padres utilizaban para su tratamiento un extracto de cannabis que mejoraba las crisis convulsivas de la menor. En EEUU este producto se comercializa como un complemento alimentario.
En ese momento, comenzó la lucha de Margarete, primero por conseguir la importación de ese derivado de forma legal para Brasil, pero aún así el coste continuaba siendo muy elevado y el proceso hasta llegar al destino final demoraba demasiado.
Por ese motivo, actualmente ha decidido apostar por la producción nacional. En su lucha ha conseguido que la Justicia brasileña le conceda un salvoconducto para poder cultivar la planta de marihuana en su propia casa y extraer el derivado del cannabis que han conseguido disminuir en un 60% las crisis convulsivas de Sofía.
