Los carros están en cuarentena en Barquisimeto, estado Lara, donde, desde hace diez años, Nelson Riera maneja su vehículo para llevar un ingreso a su hogar. Su rutina de transportar clientes a sus destinos se alteró cuando el COVID-19 llegó a Venezuela. El país modificó sus tareas para hacerlas en casa, y él se encontró un imposible: adaptar su oficio a las condiciones actuales.
Riera pudiera movilizar a las personas que ejercen en los sectores de la salud o de los alimentos, exceptuados de la cuarentena, y quizá si él hiciera algo así no faltaría quien lo viera como un héroe. Pero la realidad es que se pueden contar con los dedos de las manos los automóviles que circulan en el territorio larense, porque el gobierno regional ha prohibido el suministro de gasolina a la población civil, dice Riera.
Donde hay colas para gasolina llega la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) a correr a quienes quieren surtir sus carros. Argumentan que el combustible que hay es solo para los vehículos de salud y los oficiales, cuenta. Sin embargo, a finales de la semana pasada el presidente del Colegio de Médicos de Lara, René Rivas, pidió a las autoridades de la región que permitieran al personal médico abastecer sus vehículos.
Quienes circulan lo hacen con la poca gasolina que les queda, explica Riera, y detalla: Por los momentos, debido a la situación me vi obligado a no laborar y usar la gasolina que tengo solamente para alguna emergencia familiar y comprar alimentos cuando sea necesario.
Su temor es no saber hasta cuándo durará la cuarentena: El dinero se agota y sin la posibilidad de poder producir para adquirir los alimentos, medicinas o pagos de servicios. Es muy preocupante y difícil estar en cuarentena y durar todo ese tiempo sin poder trabajar para reponer lo que falte.
Los carros están en cuarentena y los conductores como Riera no tienen ingreso hasta que termine.