Al grito unísono de Ni una más cientos de mujeres se congregaron este miércoles en distintas plazas de Venezuela y el mundo, para conmemorar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Este día ha sido destacado como una jornada de reivindicación de los derechos de la mujer, desde que la Asamblea General de las Naciones Unidas, le otorgó oficialidad a partir del 17 de diciembre de 1999, cuando invitó a los gobiernos, organizaciones internacionales y organizaciones no gubernamentales a convocar actividades dirigidas a sensibilizar a la opinión pública sobre la violencia de género.
Hoy, 21 años después, sigue siendo la violencia contra la mujer uno de los flagelos más temidos y poco denunciados. Venezuela no es una excepción, de acuerdo con información recabada por el sitio web Utopix.cc del Monitor de Femicidios, hasta el 31 de octubre de este año se han registrado 217 femicidios en el país.
El año pasado hablábamos de un femicidio cada 2 días, ahora vemos que ocurre un femicidio cada 33 horas. Son cifras de alarma en relación a como ha ocurrido un aumento en casos de violencias contra mujeres y niñas. Vemos que esto ocurre en el contexto del confinamiento porque las víctimas están encerradas 24/7 con sus agresores, explicó Aimee Zambrano, feminista y creadora del Monitor de Femicidios de Utopix.
Los medios de comunicación reflejan un aumento en los casos de femicidios, abuso sexual, trata de mujeres, redes de pornografía y violencia de género, aun cuando cada 25 de noviembre desde 1981, tras una convocatoria feminista latinoamericana, es aprovechado como una oportunidad para protestar contra la violencia hacia la mujer en honor al asesinato de las tres hermanas Mirabal, ocurrido en el año 1960 en República Dominicana, a manos de la dictadura de Rafael Trujillo.
Cifras alarmantes
Zambrano aseveró que el aumento de casos de asesinatos de mujeres en el país ha sido de más de 100%. En 2019, según los datos recolectados por estas organizaciones civiles, se registraron 107 femicidios. Detalló que este año también se reportaron 85 femicidios en grado de frustración, que no fueron cometidos porque aparecieron terceras personas.
Karol Moreno, directora y activista de la Red Mérida Feminista, destacó que a pesar de que en Venezuela tenemos una legislación bastante completa, lamentablemente vemos que las políticas públicas son insuficientes porque vemos que hay cosas que están en la ley, pero no son apoyadas por estas políticas públicas, como lo son las casas de abrigo para mujeres víctimas de violencia.
El confinamiento por la pandemia del COVID-19 llegó para agudizar la crisis en los hogares donde ya se presentaba violencia de género. Sabemos que ha habido un aumento en los casos de violencia sexual en especial hacia los niños. Creemos que esto deriva en la situación de confinamiento por el COVID, pero también tiene que ver con la inacción del Estado para evitar que se llegue a una acción máxima como lo es el femicidio, dijo Moreno.
La agresión contra la mujer tiene varias aristas, desde la violencia física, sexual, psicológica hasta la vulneración de sus libertades, expresó Rina Díaz, activista político y por los derechos de la mujer: De 52% de las mujeres casadas o que viven en pareja son muy pocas las que pueden decidir sobre el uso de anticonceptivos en sus relaciones sexuales. Un ejemplo es cuando mantienes relaciones con un hombre y previo al acto le haces saber que no tomas pastillas, pero igual él eyacula dentro sin consentimiento. Tomando una actitud normalizada de te tomas la pastilla del día después, sin saber que eso trae consecuencias a tu cuerpo. Ya eso es un maltrato a la mujer y lo vemos en cosas y momentos muy cotidianos.
Díaz agregó que 71% de las víctimas de trata en el mundo son mujeres y niños, tres de cada cuatro son utilizadas para la explotación sexual. Es un tema super duro que, además, sabemos que muchas mujeres han optado por la opción de la explotación sexual, al punto que has sus familias lo saben. Pero es esa la única vía que consiguen para proveer a sus familias de alimentos y medicamentos y poder sobrevivir.
Reconstruyendo a la sociedad
Una de las cosas que suelen admitir las víctimas de violencia de género, las pocas que se atreven a denunciar a su agresor, es que suelen sentir temor del qué dirán o de la falta de sensibilidad de la sociedad ante lo ocurrido. Recientemente, los familiares y amigos de la difunta Karla Ríos, víctima de femicidio en manos de su expareja, denunciaban que ella no fue escuchada; Denunció a su victimario y fue abandonada a su suerte.
También la hermana Giannelly Pirrongelli, víctima de su esposo, quien la asesinó en medio de una discusión cuando contaba con ocho meses de embarazo, denunció que la occisa no solo recibió violencia a manos de su pareja, sino en el trato de los familiares del victimario que sabiendo lo sucedido la dejaron morir y se sumaron a sus mentiras.
Moreno explicó algunas de las herramientas que ella considera necesarias para combatir la violencia de género en el país. Hacen falta casas de abrigo para las mujeres víctimas de la violencia y realizar actividades de programas de sensibilización a funcionarios y funcionarias del sistema de justicia para evitar la revictimización y la violencia institucional a la que muchas veces son sometidas las mujeres que se deciden a denunciar.
También, a su juicio, se debe mejorar el acceso a la justicia de la víctima y mejorar y cambiar patrones educativos para acabar con el machismo. Los medios de comunicación deben tener un enfoque de género, sin revictimizar a las mujeres, y ofrecer información para las mujeres que están a tiempo de salvar su vida. Todos podemos aportar para erradicar la violencia de género en nuestro entorno.
Zambrano agregó que debe ser un compromiso asumido desde todas las instituciones del Estado venezolano. Una de las cosas que hacemos un llamado es a la urgencia de un plan de emergencia feminista, el Estado tiene que enfocarse en crear un plan de emergencia para atajar todo lo que tiene que ver con la violencia hacia las mujeres y niñas en el país. Esto pasa por hacer una mega campaña, programas de capacitación y formación a los trabajadores del sistema de justicia para la transversalización de la violencia de género, y crear programas de ayuda a la víctima y a sus familiares.
Las entrevistadas destacan que la mirada despreocupada del Estado venezolano ante el aumento de casos es también una forma de violación a los derechos de toda mujer. Esta visión también la comparte Indira Urbaneja, activista y CEO de Reunificados.
En Venezuela la violencia de género también se expresa en términos de acceso a los derechos más elementales de una mujer. Allí encontramos la imposibilidad de acceder a tratamientos de salud, control de natalidad y embarazo, solo por nombrar algunos. Esto a su vez nos lleva a tener una de las tasas más altas del mundo en cuanto a embarazo en adolescentes, aumento de las enfermedades por transmisión sexual y abortos clandestinos. Corresponde decir que los conflictos de pareja y el riesgo de violencia también aumentan a causa de la situación país, debido a los problemas económicos y la migración forzada que a su vez tiene también otras implicaciones. Nuestras mujeres migrantes, en un porcentaje importante, han sido víctimas de diferentes tipos de violencias, malos tratos y hasta esclavitud sexual, puntualizó.
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