“Son peligrosísimas”: camioneros en carreteras al filo de la muerte

    0
    1450

    La inseguridad ha hecho del oficio de gandoleros y camioneros uno de los más peligrosos de Venezuela. Son víctimas de los delincuentes que buscando comida, medicinas o cualquier otro producto que les genere dividendo. Les colocan trampas en medio de la vía para que frenen sus unidades y poder saquear el contenido. En ocasiones, esto termina con la muerte del conductor y de los escoltas de la carga.

    Henry Blanco, gandolero de profesión, conversó con HispanoPost acerca de su experiencia en las carreteras venezolanas: “Son peligrosísimas. A nivel nacional son peligrosas, ya no queda respeto por uno el gandolero ni porque uno transporta la comida, ni nada. Es patético ya andar por ahí, hay que andar escoltado, esperar llegar a un sitio donde haya alcabala, esperando que te lleven de una alcabala a la otra. Dos o tres horas pierde uno en carretera y ya eso es perder el día”.

    Detalló que las rutas más peligrosas son aquellas en las que tienen que transitar por pequeños pueblos, y dijo que le ha tocado ver a ancianos participando en actividades delictivas. “Hasta los viejitos salen a saquear. Si te paras estás robado. Ahorita estoy trabajando hacia Maturín y los sitios más peligrosos están en la carretera de Anzoátegui. En San José de Río Chico y por la vía de El Guapo, si te quedas por ahí la gente del pueblo no te pela”.

    Joan Freddy Marcano, quien tiene 17 años trabajando como camionero, contó que ahora se dedica al despacho de insumos médicos. “Tengo una de las carreteras más peligrosas que hay, que es el oriente del país, especialmente la vía de Carúpano. Donde todos los días, a pesar de que salimos custodiados con la Guardia Nacional, veo como destrozan a los compañeros, los matan”.

    Ante ello, hizo un llamado a la colectividad: “Yo quisiera que la gente entrara en consciencia que cada unidad que nos destrozan, cada profesional del volante que nos quitan es primero un sustento que deja de existir en un hogar, segundo es una unidad que nos hace falta para llevar las cosas a cada hogar, a cada automercado, a cada farmacia”.

    ¿Hambre o vandalismo?

    Ambos “profesionales del volante”, como se les llama popularmente a quienes se dedican a este oficio, han sido víctimas de quienes saquean sus unidades. Sin embargo, como ellos mismos dicen “la suerte ha estado de su lado” y aún permanecen con vida, a diferencia de varios de sus compañeros a quienes les ha tocado la muerte mientras trabajan.

    “La otra vez, un chamo que traía los CLAP de La Guaira lo agarraron en Tazón y le metieron unos tiros, lo mataron. Lo dejaron ahí botado. Al final, consiguieron la gandola con más de la mitad de la carga del CLAP”, recordó Blanco. “Si vas vacío te hacen daño igualito, porque te llevan tus pertenencias. Los cauchos y repuestos, todo”, agregó.

    Contó la vez que fue presa de la delincuencia: “En Santa María me sacaron toda la mercancía de hortalizas. La gente llegó y como me quedé accidentado me saquearon. Se llevaron todo, dejaron unas cuantas hortalizas, pero todas pisoteadas. Uno sale a la buena de Dios. Cuando uno está cargado, el corazón le comienza a palpitar cuando empieza a pasar las 5 de la tarde. Hasta dónde le voy a dar, que no haya nada por ahí”.

    Marcano cuestionó las razones de los delincuentes para acabar con la vida de un camionero o gandolero. “Qué haces tú con quitarle la vida a un profesional del volante, a su ayudante, a su escolta. No justifico que salgan a robar, a saquear, pero no nos maltraten, no nos maten. Tengo 17 años viendo el día a día de la carretera, hace aproximadamente 3 años sufrí un saqueo vía Maracaibo, donde la gente me saqueó el carro”.

    Insistió en su llamado a la consciencia, a fin de acabar con la ola violenta que azota a gremio: “He vivido que me han quemado compañeros dentro del carro para saquearlos, tengo dos compañeros muertos que me han matado en la carretera. Yo quisiera que no nos dañen las unidades ni nos maten, porque somos padres de familia como ellos y en casa todos los días nos están esperando. A veces creo que no es solo el hambre, creo que lo hacen por vandalismo”.

    Modus operandi

    Blanco denunció que generalmente después de la primera arremetida, la gente espera la llegada de los grueros para actuar contra ellos también. Explicó la forma de actuar de los servicios de escoltas “esperan a que se reúnan al menos 5 gandolas para avanzar y transcurridos los 10 primeros minutos de viaje se van, se desaparecen. Es una o dos patrullas de la guardia nada más para ese poco de gandolas”.

    Informó que el modus operandi de los delincuentes está asociado con la colocación de barricadas en puntos estratégicos. Una vez que la gandola o el camión pasa, cierran los accesos para que el conductor no tengo por donde huir al momento de ser atacado.
    Marcano añadió que, actualmente, cualquier hora es peligrosa para trasladar carga por las carreteras venezolanas, pero todo se complica si es después de las 5 de la tarde. “Cómo es posible que tengamos que pedir funcionarios, que son para custodiar al pueblo entero, para que nos custodien solo a nosotros. Nos queman las unidades, nos queman vivos dentro de los carros, nos matan. Te caen a piedras, te atraviesan carros, en las carreteras del oriente te atraviesan hasta a los niños”.

    “Yo le digo a mi familia: ‘Yo sé cómo salgo, pero no sé cómo regreso’”, dijo, quien aprovechó para enviar un mensaje a sus compañeros camioneros. “Que se cuiden, que no abusen de su suerte y que no desmayen. Esto algún día tiene que cambiar”.
    Mientras, Blanco cumple con un pequeño ritual cada vez que debe salir a trabajar. “Cuando cargo y salgo, me da miedo, pero no miro para atrás. Si me paran en la vía, trato de confundirme con la gente. No vas a perder la vida por una carga que no es de uno”.