La situación del coronavirus hizo crisis en el mercado interno de derivados de hidrocarburos con una fuerte escasez de gasolina, que llevó al cierre de 95% de 1.600 estaciones de servicio en todo el país, aseguraron fuentes del sector petrolero que solicitaron guardar su nombre en reserva.
«En Caracas, desde el domingo, se agudizó la falta de suministro y para este viernes solo permanecían abiertas 12 de 170 gasolineras en la región capital», alertó uno de los consultados.
Señaló que en la mayoría de las bombas que están abiertas hay fuerte presencia militar y policial y solo se expenden combustible a vehículos con placa oficial o de funcionarios del gobierno. En Caracas, sin embargo, los particulares todavía pueden llenar sus tanques en las estaciones de servicio que están funcionando.
Miembros del gremio de expendedores de combustible advirtieron que el cierre de las estaciones de servicio representa serias pérdidas económicas, pues tienen que seguir pagando los salarios con cero ingreso por ventas.
Los inventarios de combustible dentro de Venezuela son casi inexistentes y lo poco que pueden proveer las plantas de llenado no alcanza para cubrir un consumo interno de gasolina que en los últimos dos años cayó de 250.000 a 100.000 barriles diarios.
«Con el diésel automotor la situación es menos crítica, aunque delicada, porque se trata de proveer a las gandolas y camiones que transportan productos de primera necesidad, especialmente, alimentos», refirió otro de los consultados.
Fuentes cercanas al Petróleos de Venezuela (Pdvsa) indicaron que la estatal realiza todos los esfuerzos para arrancar las plantas procesadores de combustible en las refinerías de El Palito y Cardón, ubicadas en los estados Carabobo y Falcón, respectivamente.
«Si Venezuela contará ahora con su parque de refinación en buenas condiciones, operativas y de mantenimiento, la crisis del combustible no hubiera sucedido. Pero actualmente solo está funcionando la refinería de Amuay (Falcón), que procesa apenas 20.000 barriles diarios de gasolina, insuficientes para atender la demanda interna», dijo uno de los consultados.
Precisó que en Aruba están varados dos buques con unos 700.000 barriles de combustible, que no han podido llegar al Venezuela por la situación del coronavirus y de las sanciones de Estados Unidos contra la administración de Nicolás Maduro.
Otra fuente propuso como una salida a la actual crisis de la gasolina: «Una vía poco ortodoxa que pasa por el entendimiento entre Maduro y la oposición para traer al Venezuela gasolina producida en las refinerías de Citgo en Estados Unidos y que controlan la oposición. Por su parte, el gobierno oficialista enviaría crudo producido en Venezuela».
Aclaró que ese intercambio coyuntural estaría amparado por un acuerdo de tipo humanitario mientras dure la emergencia del COVID-19