En el centro de votación E.U.N Gladys Vanegas, ubicado en la parroquia Coche, a las 10:00 am había poca afluencia de votantes. Sin embargo, para el mediodía había aumentado un poco el flujo de electores. La personas que estaban ejerciendo el derecho al voto eran en su mayoría de la tercera edad. Todos los allí presentes se acercaban a los listados de cedulas para ubicar su mesa de votación y así poder entrar.
Los electores consideraron que el proceso era ordenado y bastante rápido. «El proceso es rápido. Los encargados de la mesa y los militares tienen el control del centro de votación. No hay bululú de gente», dijo Jeimy Hernández.
No obstante, en ese centro era obligatorio, antes de pararse delante de la máquina de votación, dejar los artículos personales, como bolsos y teléfonos, en una mesa destinada exclusivamente a ese fin. «El telefóno y el bolso deben dejarlos allí», decía a cada uno de los electores una de las encargadas.
Una joven contó que «antes de entrar me solicitaron dejar mi el bolso y el celualar que tenía en la mano en una mesa de resguardo. Después de votar una chica me dijo que lo podía tomar». Confirmó que allí todas las cuatro mesas de votación estaban operativas, mientras que el personal vigilaba que se cumplieran las medidas de bioseguridad para la prevención de la COVID-19.