A un año de la matanza de Costa Barra, el dolor no olvida

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    El 28 de noviembre de 2015, cinco jóvenes, dos de ellos menores de edad perdían la vida cuando regresaban a casa, en la favela de Costa Barros, en Río de Janeiro. Llegaban de celebrar el primer empleo de uno de ellos. Al entrar con el vehículo en la favela, un palio blanco, recibieron 111 tiros por la Policía Militar. La explicación de los agentes es que habían recibido información de que se trataba de delincuentes fuertemente armados que acaban de robar un cargamento de tabaco.

    Pero lo cierto, es que se trataba de cinco jóvenes, Wilton Esteves, 20 años, Roberto Silva de Souza y Carlos Silva de 16, Wesley de Castro de 25 y Cleiton Correa de 18. Los policías, pertenecientes al 41º Batallón, Thiago Resende Viana Barbosa, Márcio Darcy Alvers dos Santos, Antônio Carlos Gonçalves Filho e Fábio Pizza Oliveira de Silva, aún no han sido juzgados. Las familias claman por justicia.

    La tragedia no solo vino con la muerte de los hijos, la historia de cada uno de los padres se ha transformado en una auténtica pesadilla, el dolor y la tristeza por la pérdida se suma a la desesperación de una justicia que no llega. El final dramático llegó antes para una de las madres, Joselita de Souza, madre Roberto, murió 8 meses después de la matanza. Ella simplemente no aguantó más, dejó de comer y la tristeza se apoderó de su cuerpo. Hoy su esposo, Jorge Roberto Lima de Penha, llora la pérdida de mujer e hijo y tuvo que dejar su empleo por amenazas. Él sacó los cuerpos sin vida de su hijo y amigos del coche, esa pesadilla hoy se repite una y otra vez como si fuera un filme, asegura.

    Adriana Pires, la madre de Carlos Silva, Carlinhos, perdió el habla durante varios meses, e intentó suicidarse en dos ocasiones. Su marido, Carlos Carmo, intentó tirarse desde el puente de Niterói. Ambos rompieron la relación poco tiempo después de la muerte de Carlinhos que fue alcanzado por 11 de los 111 disparos que atravesaron el coche.

    Según cifras de Amnistía Internacional, en Río han muerto más de ocho mil personas en operaciones policiales en los últimos diez años. Pero, quizá lo pero de todo para las familias es que la mayoría de las causas son archivadas bajo el rótulo de ‘Auto de Resistencia’, un procedimiento administrativo creado para evitar que los agentes envueltos en homicidios sean conducidos a prisión.

    Hoy los familiares no sólo de los jóvenes de Costa Barros, sino de otros muchos casos de muertes a manos de la policía militar en las zonas más humildes de Río se han concentrado frente a las puertas del Tribunal Superior de Justicia.