El Black Friday representó una oportunidad para comprar por adelantado los regalos del Niño Jesús. Sin embargo, los elevados precios de los juguetes frenan las posibilidades de cumplir las expectativas expuestas por los hijos en sus cartas.
En este contexto, dueños y encargados de establecimientos advirtieron que las ventas están estancadas y esperaban un repunte con el Viernes Negro del 24 de noviembre; así como con el pago de las utilidades de fin de año a los trabajadores de la empresa privada.
En las grandes distribuidoras y tiendas de juguetes del centro de Caracas hay una gran variedad de artículos en vidrieras y estantes para escoger, acorde con cada presupuesto, los regalos que traerá el Niño Jesús.
«Es difícil combinar precios con calidad sin comprometer el presupuesto para cubrir todos los gastos de celebrar la Navidad en familia», contó una trabajadora y madre de dos hijos.
Los padres manifestaron su satisfacción en cuanto al regreso de juguetes de reconocidas marcas que hacía años no se encontraban en el mercado nacional.
No obstante, esa alegría choca con los altos precios de cada juguete original.
«Hasta ahora, mucha de la mercancía viene de China. Son copias piratas y de no muy buena calidad y acabado, pero por el precio la gente se las lleva consciente de que el juguete se romperá pronto», narró un comerciante.
Por ello, agregó, algunos clientes hacen el sacrificio de adquirir el juguete de marca así sea más caro.
«Con esos precios tan elevados no te queda otra que comprar un juguete por chamo», refirieron unos unos padres con tres hijos.
Poder adquisitivo en contra
Para lo trabajadores del sector público -que cobran aguinaldos de entre 20 y 50 dólares cancelados por cuotas y un ingreso mensual de 30 a 40 dólares- resulta cuesta arriba cubrir el gasto de los regalos para sus hijos.
Con un ingreso mensual promedio de 120 dólares y utilidades de entre 160 y 200 dólares, los trabajadores de la empresa privada tienen un poco más de holgura, pero igualmente experimentan limitaciones en el gasto navideño.
Ante la realidad del bajo poder adquisitivo de los venezolanos, algunas tiendas caraqueñas adoptaron el sistema de apartado y cancelación de los juguetes por parte.
«El inconveniente es que apenas te dan un mes o mes y medio para cancelar la mercancía», señaló una mamá en la avenida Urdaneta.
En el recorrido por varios comercios caraqueños del ramo se observó que los juguetes «baratones» no bajan de 20 dólares la unidad.
Si se va por la opción de las princesas Disney o la línea Barbie original el costo por unidad asciende a 98 dólares en el primer caso y de 25 a 200 dólares en el segundo.
Las bicicletas son un artículo de lujo para los padres, con precios que van desde 70 a 150 dólares, cada una.
Las patinetas y patines representan versiones rodantes menos costosas con precios de 30 y 25 dólares, pero de marcas chinas.
Los juegos de mesa como Batalla Naval, Scrable y Sospecha, entre otros, y los rompecabezas se consiguen entre 20 y 30 dólares cada uno.
En cuanto a los muñecos de superhéroes Marvel y DC y de animé se encuentran en el mercado copias a partir de 25 dólares.
Las figuras de marca original se cotizan a 70, 100 y 200 dólares, según el grado de elaboración y accesorios del personaje, siendo Batman el más costoso.
La semana pasada, la vicepresidente de la Cámara Venezolana de Juguetes, Daniela Lopez, indicó que además de la piratería el sector enfrenta el problema de la competencia desleal del contrabando de juguetes.
Actualmente, más de 70% de los juguetes que se venden en Venezuela es de origen importado.
La producción nacional es muy poca y se traduce en algunos artículos de plástico vaciado que se venden en las piñaterías.
Fuentes del sector recordaron que la actividad juguetera sufrió un duro revés en 2016 con la intervención estatal de la principal distribuidora de juguetes en el país, a lo que se sumó la prolongada crisis económica venezolana.