Así es como la cocina aleja a los jóvenes de la violencia

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    En Río de Janeiro el número de personas sin techo se ha multiplicado exponencialmente en el último año por causa de la crisis. El centro de la ciudad cada noche se convierte en la cama de piedra de miles de indigentes que pernoctan en sus calles. En contrapartida, a diario miles de alimentos son desechados o incinerados por grandes almacenes de alimentación. Gastromotiva, una asociación civil fundada hace 10 años por el Chef David Hertz, en São Paulo, cumple un año desde su fundación en Río de Janeiro. El proyecto, que ya se ha extendido a las ciudades de Salvador, Curitiba y Ciudad de México, busca transformar la vida de las personas en situación de vulnerabilidad a través de la gastronomía y de la reutilización de los alimentos.

    Una de las vías son los cursos de capacitación en gastronomía dirigidos especialmente a  moradores de favelas y de barrios humildes que no poseen recursos suficientes para financiar sus estudios en una universidad. Hoy, después de un año desde su creación, la primera generación de alumnos de Gastromotiva Río ha recibido su titulo como chefs de cocina.

    El proyecto, en la ciudad de Río, incluyó además la apertura de un comedor social que, por una parte, utiliza el aprovechamiento integral de los alimentos y por otra, busca recuperar la dignidad de las personas sin techo a través de una experiencia gastronómica.

    Al restaurante llegan donaciones de grandes almacenes de alimentos que han sido descartados por las grandes superficies para su venta, pero que están en perfecto estado para su consumo. Con esos alimentos, los chefs invitados y alumnos que acuden cada día al “Reffetorio” de Lapa, cocinan para el casi centenar de beneficiarios, sin techo, que acuden todas las noches a degustar una cena gourmet preparada exclusivamente para ellos.

    El restaurante, un espacio diáfano, fue diseñado por Gustavo Cedroni de la METRO, con un mobiliario de madera, moderno y con una iluminación propia de cualquier restaurante gourmet de la ciudad. En una de las paredes, la imagen de la última cena da sentido a lo que sucede cada día dentro de sus cuatro paredes. El Reffetorio de Gastromotiva, a diferencia de los refugios sociales, no usa desechables, los vasos son de cristal y los cubiertos de metal.

    Todo ello tiene como objetivo tornar visible al invisible, conseguir que las personas sin techo tengan una experiencia completa a través de la gastronomía y sea quizá el primer paso para tomar de vuelta su incorporación a la sociedad.

    Después de un año de existencia, el Reffetorio de Río abrirá además para el público general, a través de la organización de eventos, con la finalidad de recaudar fondos destinados a los proyectos sociales.