La moda nupcial siempre ha respondido a lineamientos muy específicos al momento de diseñar, sin embargo, año tras año grandes casas y diseñadores de diferentes partes del mundo, hacen un esfuerzo en presentar colecciones que le permitan a la mujer, encontrar entre sus propuestas el ropaje más importante de su vida: el vestido de novia.
El abundante blanco que vemos en pasarela es gracias la reina Victoria de Inglaterra, quien cuando se casó en 1840 popularizó el uso del color, y que en ese entonces más allá de pureza y paz, significaba riqueza. No en vano vemos como el 99% de los desfiles de hoy en día presenta creaciones en color blanco y tonos afines; aunque bien recibidos por la crítica los esfuerzos en color de marcas y diseñadores como Vera Wang y Oscar de la Renta, son las novias en su mayoría, a través de su poderío económico quienes demandan el mítico traje blanco.
España se ha convertido en toda una referencia en lo que respecta a moda nupcial, tanto así que el Barcelona Bridal Week, es la semana de moda matrimonial más importante de todo el planeta; no obstante según cifras oficiales en el año 2015, ocho de cada diez novias llegaba al altar con un traje cuya etiqueta apuntaba: Hecho en España. Aunque China apunte como centro de producción, es en Barcelona donde se originan las tendencias, los grandes negocios y se concretan los sueños de muchas jóvenes.
El liderazgo de marcas como Pronovias, Rosa Clará y Jesús Peiro, local e internacionalmente ha producido que las miradas de medio mundo se tornen hacia España, en búsqueda de excelencia, tradición y universalidad. En esta entrega de Alta Postura, les cuento las tendencias más interesantes que pudimos ver entre el desfile de Pronovias y de Jesús Peiro, quienes apuestan a una novia moderna, libre de atavíos, dejando a un lado las faldas de grandes proporciones y los cortes princesa.
