Recientemente, el Ministerio de Salud informó la existencia de un nuevo brote de fiebre amarilla en el país y tanto la Organización Panamericana de la Salud (OPS) como la Academia Nacional de Medicina (ANM) se pronunciaron al respecto. La primera institución ratificó la detección de siete casos en humanos en el estado Monagas, todos sin antecedente vacunal, y 10 casos en primates no humanos en Anzoátegui y Monagas.
Por su parte, la ANM destacó en un comunicado que la escasa vigilancia epidemiológica, entomológica y virológica, sumado a la baja cobertura de vacunas, “son los factores determinantes en el resurgimiento de casos”. Además, exigió una inmunización, lo más pronto posible, de toda la población en riesgo de contraer esta enfermedad.
Ante las dudas en cuanto a este brote de fiebre amarilla, en HispanoPost entrevistamos al jefe de la sección de infectología del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Jaime Torres.
-¿A qué se debe la aparición del nuevo brote de fiebre amarilla en el país?
-Seguramente es producto de la onda expansiva del virus de la fiebre amarilla que se originó en la región amazónica hace cuatro años en Brasil. En ese momento, apareció un nuevo genotipo del virus con características un poco diferentes y con fácil diseminación en la población de mosquitos silvestres que existen en las áreas selváticas. Hace cuatro años esta nueva cepa produjo una gran epidemia de fiebre amarilla en Brasil, con miles de casos, y desde entonces se ha ido extendiendo progresivamente a todos los países vecinos y ahora a Venezuela.
-¿La fiebre amarilla estaba erradicada en Venezuela?
-No, la fiebre amarilla es una de esas enfermedades que persisten en focos selváticos donde no hay manera de erradicarla. Lo que se ha logrado controlar y eliminar de toda América Latina es la llamada fiebre amarilla urbana, que son las grandes epidemias de ella en las ciudades. Pero la selvática que vemos en los focos naturales nunca se ha eliminado y lo que podemos hacer ante ella es prevenir la transmisión al humano vacunando a la población.
-¿Por qué tenemos este brote?
-Porque la cobertura de vacunación en algunas zonas de riesgo, como es el caso del estado Monagas, no alcanzaba los niveles óptimos. Estaba alrededor de 70% u 80%, de manera que quedaba expuesta el restante 20% de la población por no estar inmunizada. En consecuencia, al entrar en contacto con los siglos silvestres de la transmisión de la infección estas personas adquieren la enfermedad y pueden ocurrir estos brotes.
-¿Cuál es la magnitud de este brote y cuáles riesgos produce en la población?
-La magnitud del brote actual es limitada hasta ahora. Son apenas siete casos confirmados que han sido reportados a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el riesgo depende de cuan rápido actuemos para proteger a la población expuesta. Es decir, cuan rápido podemos vacunar a todas las personas que aún no han sido protegida en las zonas de transmisión.
-¿Qué debe hacerse desde el punto de vista epidemiológico?
-Vacunar. La única prevención conocida para la fiebre amarilla selvática es la inmunización a través de una vacuna que es muy efectiva y la cual, al día de hoy, se considera que una sola dosis es suficiente para proteger a la persona de por vida. Adicionalmente, se debe informar a la población para que estén consciente de que la única acción es vacunarse y, para ello, se deben tener todos los recursos logísticos listos y disponibles para poder proteger tanto a los habitantes de áreas selváticas como las poblaciones cercanas a estas.
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