Querido por muchos y odiado por otros tantos, el venezolano Oswaldo Guillén es el único mánager latino en ganar un título de Serie Mundial en las Grandes Ligas. Sin embargo, desde su polémica salida en 2012 de los Marlins de Miami, no ha vuelto a dirigir en las mayores.
El piloto, con una amplia trayectoria de 16 temporadas en la gran carpa como jugador, llevó al equipo que lo vio debutar a un campeonato en 2005 tras 88 años de sequía.
Ozzie reveló a Hispanopost las razones por las que no ha vuelto a comandar en Estados Unidos. No me quieren, sentenció con crudeza el estratega, que de igual manera no cierra las puertas a una nueva oportunidad en el beisbol organizado. Guillén fue despedido de los Marlins en 2012 luego de una temporada desastrosa del equipo de la Florida, pero su separación de la novena se atribuyó más a unas declaraciones del venezolano sobre el expresidente de Cuba Fidel Castro que indignó a la comunidad cubana.
A pesar de ser denominado el mejor beisbol del mundo, el mirandino aseguró que es más difícil dirigir en Venezuela que en las Grandes Ligas. Ser mánager aquí en Venezuela es más difícil, en Estados Unidos todo el mundo sabe qué tiene que hacer mientras que aquí te encuentras con peloteros jóvenes, los viajes, todo es más complicado.
Por su carácter y manera de expresarse, se ha vinculado al mandamás de los Tiburones de La Guaira con un personaje incómodo con aires de estrella, a lo que respondió: Celebridad no, yo pudiera decir llegó el campeón mundial pero no, viajo con el equipo en el mismo autobús, me quedo en los mismos hoteles y como la misma comida que mis peloteros.
Guillén dijo que Venezuela es un país donde hay que tener mucho cuidado en las cosas que se dicen y cómo se dicen, y es criticado porque está acostumbrado a decir la verdad, y la verdad duele, confesó.
Los Tiburones de La Guaira cumplen esta temporada 32 años sin obtener el cetro de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional, momento en el que Oswaldo Guillén lo conquistó como jugador de la organización, y se prometió a si mismo llevar al conjunto escualo a saborear de nuevo las mieles del triunfo.
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