Cementerio Central de Bogotá: entre el cielo y el infierno

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    El cementerio central de Bogotá no solamente es parte del patrimonio arquitectónico e histórico de la ciudad. También es un extraño centro de brujería y supersticiones, en el que se forman filas de gente para pedirle milagros a estatuas de personas que por fuera del cementerio ya nadie recuerda. 

    Con más de 180 años de historia, hay mausoleos de expresidentes colombianos como Enrique Olaya Herrera, Alfonso López Michelsen y Laureano Gómez, el excandidato presidencial Luis Carlos Galán, el exdictador Gustavo Rojas Pinilla, el poeta José Asunción Silva y el excombatiente de la guerrilla M-19, Carlos Pizarro, entre otros. 

    El lunes es el más visitado por ser el día de las almas en pena. Se cree que llegan más de dos mil personas, entre las que se destacan ladrones, sicarios y todo tipo de delincuentes que van a pedirle especialmente a Julio Garavito, un científico colombiano que murió en 1920.

    En su tumba se posan decenas de personas que le frotan billetes de 20 mil pesos colombianos, donde aparece la imagen de Garavito, y afirman que así sus deseos de que llegue el dinero les será cumplido. El olor en este lugar del cementerio está impregnado de marihuana. Todos fuman esa y otras drogas.  

    Al llegar al cementerio un vigilante me advirtió que tuviera cuidado, pues muchos aprovechan para asaltar a quienes van a visitar las tumbas de sus familiares. La mayoría de las personas que van al cementerio pertenecen al barrio Santa Fe, una zona donde proliferan prostitutas, travestis y vendedores de droga. 

    El lunes es visitado también por curas falsos que, en ningún caso, quisieron hablar para esta periodista. 

    Otros de los difuntos a los que consideran milagroso es Leo Sigifredo Kopp, inmigrante alemán que fue fundador de la cervecería Bavaria y que construyó un barrio para sus trabajadores. También es muy visitado el sepulcro de las hermanas Bodmer, hijas de un millonario cuya muerte se dio a comienzos del siglo XX con un día de diferencia. 

    Otro de los vigilantes precisó que el cementerio también es usado para hacer brujerías y que él mismo ha encontrado enterrados animales sin cabeza, veladoras y todo tipo de elementos extraños.