El economista y director del Centro de Investigación y Formación Obrera (CIFO), Manuel Sutherland, cree que la principal razón por la cual no se ha logrado controlar la inflación en Venezuela es porque se sigue emitiendo dinero sin que este tenga respaldo.
«La forma de estabilizar los precios mediante las intervenciones en las mesas de cambio bancarias, son muy onerosas, según estimaciones se habla de alrededor de $2.000 millones, que se han gastado vendiendo dólares baratos, dólares de la escasa renta petrolera que tenemos, para mantener el tipo de cambio amarrado a algo que es una fantasía», dijo Sutherland.
Precisó, también, que la política que utiliza el Gobierno para contener el Tipo de Cambio «es suicida». «Es una política de crear un dique que se va a romper en una mega depreciación del Tipo de Cambio», agregó.
Para contener la inflación, según Sutherland, habría que prohibir que el Banco Central de Venezuela le preste dinero a las empresas estatales, en primer lugar. «La gran cantidad de dinero que fluye del BCV va para PDVSA y no por compra de dólares sino por préstamos directos que no se devuelven; exceden por mucho la cantidad de dinero que el BCV genera por base monetaria». «Ese desastre monetario es gasolina inflacionaria y destroza el poder adquisitivo de la población trabajadora; eso constitucionalmente se puede prohibir.
En segundo lugar de importancia, a su juicio, habría que establecer un plan de estabilización macroeconómica que contemple que es lo que se va a hacer en el país para los próximos cinco años y que éste «se base en conversaciones, diálogos y discusiones con sindicatos, gremios empresariales, academia, consejos obreros y partidos políticos de oposición; buscando un consenso. La idea sería lograr un acuerdo económico macro».
De acuerdo con Sutherland el BCV también tiene que dejar de sobrevaluar el tipo de cambio al vender divisas baratas y permitir que el tipo de cambio termine de estabilizarse de acuerdo a las propias negociaciones o intermediaciones que se realizan en las mesas de cambio, donde el gobierno no debería intervenir.
Y un cuarto aspecto sería la búsqueda de una estabilidad económica mínima, para lo cual tendría que haber una estabilidad política máxima, por eso es necesario llegar a un acuerdo político, económico y social con todos los partidos de la oposición, con el gobierno de Estados Unidos y con la comunidad europea.
«Hay que lograr una paz política que traiga la eliminación de las sanciones y acuerdos políticos que garanticen los derechos humanos de toda la población, incluyendo los DD HH de las personas que se oponen al gobierno actual. Ello permitiría desarrollar una política de oposición sin ser perseguidos, apresados, hostigados e inhabilitados, para que todos tengan voz y se puedan pronunciar», concluyó.
Fuente: Banca y Negocios