El encierro en los hogares por las medidas sanitarias de la cuarentena por la pandemia los mantuvo fuera de las calles. Sin embargo, la vuelta a una nueva normalidad ha sacado a relucir el trabajo infantil con fines de subsistencia familiar en las calles de Caracas, aseguraron fuentes laborales.
Desde noviembre de 2021 -cuando la administración de Nicolás Maduro flexibilizó las medidas sanitarias por la COVID-19- hay una alta presencia en las calles de niños y niñas trabajando en cualquier cosa del sector informal. Ender, de 14 años de edad, contó en la avenida Urdaneta: «Vivo con mi abuela. Mi mamá está en Perú y lo que nos manda no alcanza así que tengo que trabajar».
Explicó que es el mayor de cuatro hermanos -entre 8 y 4 años de edad- que se quedan con la abuela y todavía acuden a la escuela cercana al barrio. Ender dejó los estudios al pasar a sexto grado para poder trabajar vendiendo por paquetico galletas tipo Maria.
Roxian y Oliver -11 y 9 años de edad, respectivamente- son hermanos y viven Petare. Narraron que hacen un gran esfuerzo para combinar la escuela con el trabajo. Ellos venden galletas, caramelos y chupetas en la calle y el Metro. Su mamá se fue hace poco a Colombia y están con la abuela.
Otro cuadro frecuente en las calles caraqueñas es ver toda la familia -padres, madres, tíos, tías, hijos menores y sobrinos- en puestos informales. Amamantando a su bebé en el puesto ubicado en la avenida Panteón, una joven madre refirió que traen en una carreta frutas que el proveedor les lleva al barrio cercano desde el mercado de Coche. En el puesto también laboran su hermana y su cuñado con sus hijos, un niño y una niña de 9 y 8 años de edad.
Ellos señalaron que van a la escuela pública cercana a su casa donde cursan cuarto y tercer grados. «A veces no hay clase porque la maestra no fue», dijo el niño.
Ecuación deplorable
La Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) de la Universidad Católica Andrés Bello desnuda el impacto de la crisis económica y social que vive Venezuela.
Según el estudio, 94% de los venezolanos son pobres y 76% vive en pobreza extrema. Asimismo, la encuesta revela el incremento del ausentismo escolar: de 11 millones de niños y jóvenes 35% no estaba estudiando en el período 2020-2021 debido al deterioro de las condiciones de vida, la precariedad de los centros educativos públicos y la imposibilidad de costear una educación privada.
Las fuentes laborales consideran que las malas políticas de la administración Maduro generan una ecuación deplorable donde la pobreza decanta en que los niños tengan que trabajar.
Dick Guanique, coordinador del Frente Autónomo de Defensa del Empleo, el Salario y el Sindicato, precisó que el trabajo infantil se debe a que los padres -por la falta de empleo formal- dejan de laborar o se fueron del país buscando mejores oportunidades de vida.
«A estos menores que están en el país no les queda de otra que ponerse a trabajar en las calles para aportar algo a los gastos de la familia, fundamentalmente alimentos», sostuvo el representante de Fadess.
Precisó que niños y niñas entre 7 y 15 años de edad hacen todo tipo de trabajo, desde vender caramelos hasta limpiar el parabrisas de los carros en los semáforos. «Esta situación es producto de la crisis económica y social debido a las malas políticas de Maduro, las cuales ocasionan la pérdida de empleos productivos para los trabajadores aptos. Esto obliga a los niños a trabajar.
Advirtió que el trabajo infantil está prohibido por las leyes orgánicas de Protección a Niños, Niñas y Adolescentes (Lopnna) y del Trabajo (LOT).De hecho, dentro de la población económicamente activa o fuerza de trabajo están incluidos como aptos los trabajadores a partir de los 16 años de edad.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) condena el trabajo infantil, el cual ocurre en los países pobres y con grandes desigualdades socio económicas. Jakelyn Richter, profesora de Derecho Laboral de la Universidad Central de Venezuela, destacó que el trabajo infantil es una muestra más de las desacertadas políticas del chavismo.
Insistió en que hay una carencia de una política de protección a la familia y los programas existentes en ese sentido hasta finales de 1990 fueron eliminados. Guanique destacó que la tasa de desempleo en la población de jóvenes entre 16 y 25 años es elevada: 24%.