La gran pregunta de la gente es cómo se las están arreglando los consumidores de bebidas alcohólicas ante el cierre de las licorerías y ordenanzas de Ley Seca en el marco de la cuarentena por el COVID-19.
Expendedores de licor, que solicitaron guardar su nombre en reserva, indicaron que la opción de vender a los vecinos mediante chat ha sido la solución.
«En mi edificio, la gente comenzó a solicitarlo. Parte de la mercancía de la tienda la lleve al apartamento y desde allí vendo -previo pago mediante transferencia bancaria- se realiza la entrega de la mercancía», contó un comerciante.
Otro destacó que con la cuarentena y el cierre del negocio «la situación económica se puso crítica y hay que mantener a la familia».
«Vendo cerveza por caja. Llamar al privado», indica un mensaje por el chat vecinal de un edificio en Candelaria, Caracas.
Otro texto señala que venden el litro de ron (varias marcas) entre 35 y 49 dólares, el anís a 57 y 80 dólares la botella, mientras que la de aguardiente está en 40 dólares.
«Lo que más compra la gente es ron, anís y cerveza, pero también piden ginebra, vodka, vino y whisky, este último por botella y hasta caja», reveló un vendedor en una residencia de los Altos Mirandinos.
Además, licorerías y otras tiendas de artículos no esenciales se han convertido en bodegones donde la venta de alimentos y otros productos esenciales ocupa la parte delantera del local.
«La prolongada cuarentena me puso en aprietos económicos. La venta de comida no deja que me arruine y además los trabajadores conservan el puesto», refirió uno comerciante en la capital.
Las fuentes consultadas aseguraron que entienden la necesidad del distanciamiento social y las licorerías son un foco de contagio de coronavirus debido a que la gente socializa en los alrededores mientras se toma un trago.
«Con el encierro en tu casa, te provoca una cervecita u otro trago para compartir con tu familia o brindar con los que están lejos vía skype», contó un vecino.