En los últimos tres años, los campos de Turén, en el estado Portuguesa, se han vestido de amarillo con el renacer de la siembra y el cultivo de girasol, que más allá de su producción para flores, aceites y grasas también ha reactivado la economía local e impulsado el agroturismo venezolano.
Para este año, la meta es sembrar 15.000 hectáreas de girasol entre el 1 de octubre y el 15 de noviembre. Cifra que supera las 1.200 hectáreas sembradas en 2022 y las 1.000 hectáreas en el 2023.
Así lo aseguró Ramón Elías Bolotín, ingeniero agrónomo y presidente de la Asociación de Productores de Portuguesa, al resaltar que la producción de girasol en la región para este año se debe a un convenio con el Consorcio Oleaginoso de Portuguesa S.A (Coposa) y las asociaciones agrícolas de entidad llanera para la producción inicialmente de unas 8.000 toneladas de aceite de girasol 100% venezolano.
«Esta vez el girasol regresa para quedarse y viene con una estructura de una agricultura de contrato, que es muy importante, porque el productor firma de una vez un convenio, un contrato, sabe cuánto se va a financiar, qué monto se va a pagar y en cuánto tiempo», explicó Bolotín.
Resaltó que el cultivo de girasol equilibra las opciones de siembra en el ciclo de verano, a través de la agricultura de contrato que se está aplicando en la entidad y que rige el artículo 23 de la Ley de Mercadeo Agrícola.
El también director de olegaminosas de Fedeagro precisó que, en promedio, cada hectárea de girasol sembrada, ronda los 500 dólares.
«Eso depende mucho de si se va a sembrar bajo un sistema de siembra directa o si se siembra de forma convencional, cada uno con su estructura de costo, pero más o menos está por alrededor de los 500 dólares», comentó Bolotín.
En vista de la falta de créditos bancarios para el sector agrario, los productores de girasol se han acogido a varios programas de producción, con el objetivo de adquirir insumos, semillas, fertilizantes y agroquímicos para la producción de esta semilla.
«El girasol viene a ser una alternativa muy importante por su financiamiento», dijo Bolotín, al indicar que «los agricultores se debaten entre disponibilidad de recursos, financiamiento, bondades económicas de cada cultivo y rentabilidad de cada cultivo con base en la expectativa de precio».
El girasol: un espectáculo natural que ha impulsado el agroturismo asequible para los venezolanos
La siembra y cultivo de girasol en los campos de Portuguesa se ha convertido en unos de los destinos favoritos para los agroturistas que deciden conectar con el paisaje y la naturaleza que ofrecen los campos venezolanos, a un precio asequible para la población.
De acuerdo con Bolotín, este agroturismo ha beneficiado no sólo a productores nacionales, sino a las agencias de viajes, guías turistas, restaurantes, hoteles, entre otros sectores económicos.
«El año pasado fue un boom de turistas visitando los girasoles, que la gente no se lo esperaba. El girasol tiene esas bondades: promociona el agroturismo, que es una actividad económica que derrama en muchos beneficios de forma indirecta”, señaló.
Dijo que “no solamente el girasol es una belleza para sacarse fotos, también los turistas vienen y pernoctan en la entidad, comen en restaurantes, pagan a los guías turísticos, dan propinas y de verdad. Hay una reactivación de la economía en Portuguesa».
Destacó que el gobierno estadal y local también ha apoyado para promocionar las temporadas de girasol, con el fin de atraer una mayor cantidad de agroturistas al estado llanero.
«No solamente vienen turistas de alta gama, que son los que pernoctan y comen en los restaurantes. También hay turistas que vienen en los full day que salen desde Caracas, Maracay, Mérida, San Cristóbal, un turismo muy económico, que cuesta entre 25 y 35 dólares por persona», afirmó Bolotín.
Señaló que los full day -que se ofrecen desde distintas zonas del país- «salen a la media noche, amanecen en Turén, pasan toda la mañana en los campos de girasol, al mediodía almuerzan, hacen un paseo por las plazas, por las iglesias de los pueblos y regresan el mismo día. Es algo muy excelente».
Barinas, Yaracuy y Cojedes son estados potenciales para la producción de girasol
Aunque por los momentos Portuguesa es la única entidad donde se está sembrando y cultivando girasol, Venezuela cuenta con varios estados potenciales para elevar la producción de esta oleaginosa.
Por ejemplo, Barinas cuenta con 33.000 hectáreas para producir esta semilla, según Bolotín, así como Yaracuy, que tiene aptas unas 20.000 hectáreas y Cojedes, con 10.000 hectáreas, para la siembra de girasol.
«Para este año solamente hay un sitio de recepción de girasol, que es Turén. Solamente se va a sembrar en el estado Portuguesa, por ahora. Básicamente por un tema de flete», pero «existe bastante superficie en Venezuela donde podría desarrollarse el cultivo de girasol, que es un cultivo que aguanta condiciones de verano», apuntó el ingeniero agrónomo.
Detalló que en Venezuela han habido tres épocas importantes con respecto a la producción de girasol en el país.
«La primera fue en 1989, que se llegaron a sembrar casi 120.000 hectáreas. Esa época duró unos años, después hubo unos cambios de política y macroeconómicos y el girasol desapareció de los campos venezolanos», relató.
La segunda temporada se dio en 2005 y se mantuvo durante varios años. «Se llegaron a sembrar hasta 74.000 hectáreas» fe girasol, pero «después el cultivo cayó en muy bajos números», añadió.
En 2022 se volvió a ver el renacer de la producción del girasol en Venezuela, que se mantuvo prácticamente paralizada por seis años consecutivos.
«Esta es una etapa que, aunque ha tenido un arranque un poco flojo, tiene unas expectativas muy grandes», expresó el directivo de Fedeagro.
Precio y comercialización del girasol
Al ser consultado sobre el precio y comercialización del girasol en Venezuela, Bolotín dijo que no tiene un monto fijo, debido a que depende del rendimiento del cultivo, que beneficia directamente al agroproductor.
«Se quiere promocionar el alto rendimiento, promocionarlo con un incentivo vía precio. Eso es algo muy importante, casi nunca visto en ningún cultivo y donde se premia el esfuerzo del agroproductor por la productividad», manifestó.
Por ejemplo, «si un productor cosecha por debajo de los 1.500 kilos tiene un precio por alrededor de los 450 dólares por tonelada. Si cosecha entre 1.500 y 1.800 kilogramos por hectárea, tiene otro precio (475 dólares en promedio); mientras que si supera la cosecha de los 1.800 kilogramos, podría pasar los 500 dólares por tonelada de rendimiento», señaló Bolotín.