Daniel Sarcos quiere recuperar el tiempo perdido. Y no encontró mejor forma que la de desempolvar un formato exitoso. El de La guerra de los sexos, la competencia televisiva que por casi una década animó en Venezuela junto a Viviana Gibelli, y que muchas satisfacciones le dejó.
Solo que en esta oportunidad Sarcos no lo hace en Venezuela, sino en República Dominicana, país en el que desde hace casi otro tanto alterna su vida profesional, conjuntamente con su desempeño laboral en Miami.
Para esta iniciativa, el animador zuliano se apoyó en un equipo de creativos y de producción venezolanos, muchos de ellos trabajaron en el proyecto original, que emigraron a República Dominicana. «Los derechos de este programa pertenecen a Cisneros Media. Conversé con ellos, me los vendieron y comenzamos a producirlo, aprovechando mi trabajo con Se habla español , el espacio dominical que tengo en un canal aquí», dijo Sarcos en conversación telefónica.
El programa se transmite los domingos en horario estelar nocturno. Para el momento de su estreno, hace dos semanas, salieron al aire con ocho programas grabados. La dinámica es la misma que tenía en Caracas: dos equipos, uno masculino y uno femenino, conformado por tres famosos. Cada uno se enfrentan en retos como explotar globos con el cuerpo, contar chismes en medio de un fuerte ruido, identificar animales sin verlos, recordar cuántos y cuál es el orden de bombillos encendidos o adivinar una palabra solo con indicaciones, entre otros.
«No me puse a inventar. No podía hacerlo si quería tener éxito. Así que de todos los juegos que hicimos rescaté los más populares. Conforme vaya pasando el tiempo iremos agregando nuevos», dijo Sarcos. Durante las dos semanas que tiene al aire, el programa ha liderado el rating de ese país.
Pero el diseño no es lo único que mantiene. La música del espacio, básica pero pegajosa, también la rescató. «No me imaginaba que empezara el programa con otro sonido que no fuese el característico. Desde que comenzaba el primer acorde, la gente inmediatamente lo identificaba», aseguró.
Sarcos anima junto a la dominicana Lisbeth Santos. «Me han preguntado por qué no llamé a Viviana (Gibelli), creo que por respeto al país, a la audiencia, lo conveniente era que una animadora dominicana me acompañara. Lisbeth ha resultado una revelación. Se ha acoplado desde el primer momento, tomando las riendas de programa y saliendo airosa. En ningún momento me he sentido superior que los dominicanos al hacer televisión. Solo quiero traer mis conocimientos y compartirlos con esta bella gente que me ha apoyado desde mi llegada a Santo Domingo».
Sobre su trabajo en Miami, dijo que mantiene su residencia en esa ciudad, «porque ahí es donde viven mis hijas. No puedo alejarme de ellas. Cuando salí de Un nuevo día, mucha gente pensó que había llegado el ocaso de mi carrera. Y no. Me tocó reinventarme tanto profesional como personalmente. Daniel Alejandro llegó a mi vida después de mucho tiempo y estoy disfrutándolo como si fuese un primerizo, cuando en realidad ya tengo varios años como abuelo. No le temo a las canas ni a las arrugas, De hecho, las luzco. No me he querido pintar el cabello. De eso se trata la vida, de caer y levantarte».
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