Hace más de cinco años organizaciones no gubernamentales orientadas a velar por los derechos de la mujer y movimientos feministas vienen alertando del creciente índice de pobreza menstrual en el país y que podría estar complicando la salud de las mujeres, en especial, las de más bajos recursos.
Un estudio realizado por Avesa determinó que 9 de cada 10 mujeres en Venezuela sufre la pobreza menstrual por no tener acceso digno a los insumos necesarios para mantener una salud menstrual, sexual y reproductiva sana y digna. Daniella Loma, coordinadora de Wommu Construyendo en Feminismo, dijo que “a veces se nos olvida que el poder vivir una menstruación digna y sana es un derecho fundamental, es un derecho humano para las niñas, adolescentes y mujeres”.
Loma explicó que la pobreza menstrual es “la falta de insumos y de condiciones para poder llevar una salud menstrual digna; es decir, esto abarca desde la falta de toallas sanitarias o cualquier tipo de insumos, como tampones y compresas, hasta la falta de agua y de medidas sanitarias mínimas para poder tener ese desarrollo de la menstruación de una manera digna y salubre”.
Advirtió que “en Venezuela se viven altísimos índices de pobreza menstrual. Se considera que más de 80% de las mujeres en el país se encuentra en situaciones de pobreza y que el salario mínimo no cubre ni 5% de la canasta básica. Además, la crisis sanitaria y salubre que vive el país no colabora a que las mujeres puedan vivir una menstruación digna”.
Indicó que no solo se trata de la escasez de insumos: “Parte de la pobreza menstrual también es el desconocimiento, la falta de educación sobre la menstruación y cómo se debe vivir. Cómo pueden vivirla dignamente. Se sabe que en Venezuela la educación sexual es mínima, incluyendo la educación sobre la menstruación”.
Loma aseveró todas son afectadas -niñas, adolescentes y las mujeres- por la pobreza menstrual. «Las niñas, porque no se les da una correcta educación sobre sus derechos sexuales y reproductivos, ni cómo vivir la salud menstrual. Las niñas muchas veces son sorprendidas por su primera regla en la escuela y les toca pedir ayuda a sus profesores, sin haber tenido una educación previa en casa y del sistema educativo”.
Pocas soluciones, muchas afectadas
Muchas veces las mujeres o niñas y adolescentes menstruantes buscan soluciones poco idóneas y arcaicas para solventar los días de sangrado, pero el mayor problema son las fallas en los servicios públicos que le impiden mantener una buena higiene, como es el caso de la escasez de agua.
“El nivel de pobreza es tan alto que se considera que más de 50% de las mujeres busca soluciones no salubres cuando le llega la menstruación, porque no tienen acceso a las toallas sanitarias, copas menstruales y si las tienen es porque alguien se las donó, pero no tienen agua para lavarlas o lavarse ellas mismas, por lo que recurren a otras soluciones que terminan perjudicando su salud menstrual”, señaló Loma.
Así como sucede con otros problemas sociales que aquejan a los ciudadanos, la pobreza menstrual no discrimina en edades: “Las adolescentes que forman parte de una familia que se mantiene con papá y mamá de sueldo mínimo o uno solo de los padres, pero con sueldo mínimo, lo más probable es que la familia cunado elija entre comprar comida y toallas sanitarias elija comprar comida. Ahí es donde tanto las adolescentes como las niñas recurren a otras soluciones, empeorando su salud menstrual, porque sabemos que esto recurre a bacterias o infecciones. Sin embargo, considerando que puedan acceder a los insumos está el problema de la salubridad, que no tienen agua, es decir que, todas se ven afectadas”.
Así como tampoco discrimina si vives en la capital o en algún otro estado de Venezuela. “Los estados del interior del país son los que están más afectados por la escasez de agua. Hay regiones donde pueden pasar semanas enteras sin agua, cuando en la Gran Caracas no se ha arreglado, pero se ha regularizado un poco más la situación del agua. Además, en la Gran Caracas puedes tener varias opciones para encontrar insumos de salud menstrual, pero en el interior del país las soluciones son muy pocas y reducidas”.
Políticas públicas con visión de género
Las mujeres venezolanas que conforman Wommu Construyendo en Feminismo llevan años intentando fortalecer el movimiento feminista y la igualdad de género desde distintas áreas de la vida cotidiana. En esta oportunidad, Loma explicó que la pobreza menstrual no es un problema únicamente de Venezuela, afecta a millones de mujeres dentro y fuera del país porque incluso las migrantes se han visto afectadas por la emergencia humanitaria compleja, en cuanto a su salud menstrual. Pero es un problema que, a juicio de la activista, podría tener solución si el Ejecutivo se esfuerza en construir políticas públicas con visión de género.
“Las soluciones que debe plantear el Ejecutivo para acabar con este problema es algo muy simple y a la vez demasiado complejo. Se llama políticas públicas con visión de género. Si en Venezuela existiese realmente un plan de políticas públicas con visión de género, no digo que no existiese la pobreza menstrual, porque para llegar a eso hay un largo camino por recorrer, pero sí los números no fuesen tan alarmantes y preocupantes”, sostuvo.
Dijo que algunas de las soluciones podrían tener que ver con proveer a las niñas y adolescentes de los insumos necesarios en las escuelas y liceos: “De qué se tratan las políticas públicas con visión de género, que en los colegios, liceos y universidades públicas y privadas haya planes para poder ofrecer insumos de salud menstrual. Bien sea en los baños, coordinaciones o darle un paquete a cada niña. Si el Estado sabe el porcentaje del sueldo comparado a la canasta básica, el porcentaje de la pobreza y de pocas condiciones higiénicas, el Estado debería proveer políticas públicas con visión de género, donde se incluya no solo la participación de las mujeres, sino también sus derechos”.
Loma también invitó a los ciudadanos a colaborar con las organizaciones que se encargan de llevar donativos y educación a las mujeres y niñas en situación de vulnerabilidad menstrual. “A las niñas y mujeres que atraviesan esta situación se les puede ayudar de varias maneras. Hay fundaciones que realizan donaciones de copas menstruales, pero hay que aclarar que no son solos los insumos, también podemos aportar educando sobre la salud menstrual, llevando a personas a talleres, hacer puentes entre colegios, liceos y organizaciones, porque el aporte debe ser tanto educativo como de insumos”.