Frente al problema del plástico de un solo uso, desde Valencia, Carabobo, crean productos amigables con el planeta que apuestan a no crear más bolsas ni envoltorios de este material, los cuales forman parte de los principales objetos contaminantes hallados en las playas.
Desde enero de 2019, la marca Sustentable produce opciones para que los venezolanos realicen sus compras de vegetales y también conserven sus alimentos sin la necesidad de plástico.
La iniciativa se basa en la creación de las veggisack, bolsas de malla de tela para la compra de verduras y frutas; y de los apicover, envoltorios reusables hechos de algodón y cera de abeja.
1BAG y veggisack de Sustentable para compra de verduras. Foto cortesía de Sustentable
Su fundadora, la bióloga Susi Barreto, explica que su intención a lo largo de los años ha sido preservar el medioambiente; sin embargo, la idea de ofrecer estas opciones y hacerlas en el país surgió al regresar de un viaje.
“En un viaje entré a una tienda de cero desperdicios y adquirí una bolsa de malla para vegetales, además de envoltorios de cera de abeja. Pero al llegar a Venezuela me cuestioné por qué estas cosas uno tenía solo la oportunidad de obtenerlas en otros países y por qué no existían aquí, así que empecé a investigar, a aprender cómo se hacían y realmente eran sencillas de producir”, dice Barreto.
Para inicios de 2019, empezó a vender sus productos por Instagram, a sus familiares y amigos cercanos. Ventas que en la actualidad se mantienen en su plataforma online, aunque Sustentable tiene presencia en las tiendas Green Concept y Tu Break Natural, ubicadas en Valencia, y Siete al Cubo, en Caracas. No obstante, hacen envíos a todo el país.
“Trabajamos con MRW, quienes entendieron nuestro concepto y nos permiten hacer los envíos sin meterlos en un saco plástico, sino mediante hojas de revistas viejas y así evitar este material”, afirma la creadora de Sustentable, cuya motivación es poder ofrecer estas opciones a los venezolanos.
Hecho en Venezuela con manos venezolanas
“Sustentable soy yo y la costurera Rosmira”, expresa Susi Barreto, quien destaca que una de las cosas que más quiere es aumentar las ventas para incorporar más personas al equipo de costura, generar empleo y ayudar a otros mediante un horario flexible a sus roles y que puedan laborar desde casa.
El hecho de que el grupo de trabajo sean dos personas, y un apoyo familiar que Barreto recalca, no ha sido un impedimento para esforzarse por producir en el país y contar con proveedores locales.
“Nuestros productos son 100% hechos en Venezuela y por manos venezolanas. Además, procuramos que la materia prima sea local”, dice la fundadora.
Sin embargo, como hallar tela nacional de 100% de algodón para producir los apicover ha sido cuesta arriba, en la actualidad este material es traído de Perú. “Los ingredientes con los que la tratamos como son el aceite de coco, la cera de abeja y la resina de pino son de proveedores locales. Trabajamos con la cera de abeja de los productores de miel La Encantada, quienes trabajan de manera sostenible impactando lo menos posible el ambiente; y el aceite de coco es fabricado por Coco 100% natural, que están en Valencia y son orgánicos”, enfatiza la bióloga.
Con respecto a las veggisack, Barreto señala que sueña con el día en que la malla que utilizan pueda hacerse en Venezuela con botellas de PET; una iniciativa que, si bien ha hecho las diligencias, “aún es complicado y requiere desarrollar una tecnología por parte de personas que aunque podrían hacerlo quizás aún no tienen el interés”.
A pesar de ello, estas bolsas reutilizables cuentan con un cordón para abrirlas y cerrarlas que es fabricado en la zona industrial de Valencia con materia de desechos de la industria textil como son los retazos.
Sumado a estas acciones, hasta las etiquetas de todos los productos de Sustentable son hechas en Venezuela. “Tratamos de movilizar la economía local desde nuestro aporte”, enfatiza Barreto, al acotar que recientemente ofrecen en su página la opción de comprar las copas menstruales con permiso sanitario venezolano, Ama Cup, para ofrecer un producto adicional a los suyos y el cual también busca disminuir la huella de plástico.
Barreto, quien tiene 50 años de edad y además de desarrollar esta iniciativa trabaja en una organización no gubernamental y da clases de yoga, se dedicó por un tiempo a la docencia y siempre le ha parecido importante que cualquier proyecto al que se sume tenga el eje ambiental como concepto primordial.
“Cuando me propuse montar un emprendimiento sabía que tenía que tener relación con esto porque no es vender cualquier cosa, sino algo que pueda generar un cambio si las personas comienzan a adquirirlo. Y me llena de entusiasmo saber que lo que estoy haciendo puede generar un cambio en pro del planeta, un cambio local, pero que se percibe de forma global”, sostiene.