Nada parece detener el fuego en Australia. Este jueves, los militares iban de casa en casa para insistir a los vecinos de una isla del sur de ese país a dejar sus pertenencias y huir de los incendios. El pronóstico no es alentador: las llamas se extienden y podrían empeorar en los próximos días debido a una nueva ola de calor, reportó Todo Noticias.
La temporada de incendios, especialmente precoz y virulenta este año, dejó ya 26 muertos en Australia, arrasó una superficie equivalente a la isla de Irlanda y destruyó más 2.000 viviendas.
«Las condiciones son tales que el riesgo es importante para los bomberos que luchan para controlar los incendios, y para cualquier persona que se encuentre en los parajes», declaró Mark Jones, un responsable local de los bomberos.
Las autoridades del estado vecino de Victoria también prolongaron dos días más el estado de catástrofe, debido a las elevadas temperaturas que se prevén para el viernes, que podrían avivar los fuegos.