La brecha que se ha generado en las últimas semanas entre la tasa del dólar oficial y el dólar paralelo en Venezuela sigue impactando duramente en el poder adquisitivo de los ciudadanos, debido al alza en los precios de los productos, bienes y servicios. Una situación que ha hecho ‘revivido’ el fantasma de la hiperinflación para 2023.
Así lo auguran los expertos económicos, que insisten en que las políticas económicas erróneas por parte del gobierno de Nicolás Maduro dejan un resultado contraproducente para la «recuperación económica» del país.
El economista Aarón Olmos afirmó que esta brecha lo que demuestra es que «sigue existiendo una mayor apetencia por divisas que por el bolívar», debido a la desconfianza del venezolano en su moneda nacional, así como en las medidas del Banco Central de Venezuela (BCV).
«Ni las personas ni los mercados quieren bolívares. Independientemente de que el Ejecutivo esté pagando utilidades, prestaciones, bonificaciones, el venezolano sale a comprar lo que necesita en bolívares y automáticamente se voltea al mercado cambiario para tratar de conseguir divisas y mantener el valor de ese dinero en su bolsillo», afirmó.
Agregó que, incluso, hay quienes prefieren comprar criptomonedas, «pero criptomonedas estables, que representan divisas».
Para Olmos, el hecho de que la producción petrolera esté por debajo de los 620 mil barriles diarios y que el precio del petróleo venezolano haya caído en las últimas semanas, indica que «hay una menor cantidad de dinero que está entrando como flujo de caja al Ejecutivo, lo que hace que sea menor la cantidad de dinero que dispone el Banco Central para hacer las intervenciones cambiarias».
“Antes las intervenciones cambiarias eran de 200 millones de dólares, ahora son de 60 millones de dólares», dijo Olmos, al enfatizar que mientras el gobierno tenga menor cantidad de dinero para enfrentar la demanda de divisas que hay en el mercado interno, seguirá la depreciación del bolívar.
Por su parte, Manuel Sutherland, economista y director del Centro de Investigación y Formación Obrera (CIFO), resaltó que la subida de 15% del precio del dólar en los últimos 4 días, «representa el alza más grande en casi tres años en el tipo de cambio», por lo que apuntó a que falta mucho para que el precio de la divisa se pueda volver a estabilizar.
Recordó que desde hace bastante tiempo los análisis de los expertos económicos coincidieron en que había una sobrevaloración cambiaria muy fuerte y que el Gobierno tenía una estrategia triple:
«Primero, expandir de alguna manera la cantidad de dinero sin respaldo que lanzan a circulación. Segundo, una expansión constante de gastos a través de préstamos del Banco Central de Venezuela a Pdvsa y, tercero, utilizar reservas internacionales, ventas de petróleo y exportaciones para vender dólares a precios muy bajos, para que de alguna forma algunos privilegiados compren grandes cantidades de dólares a precios muy bajos, a precios subsidiados», detalló el economista.
Sutherland considera que esta «triada mortal» es una política económica errónea del Estado, que genera inflación, destrucción del salario y del poder adquisitivo de los venezolanos.
«Pero que se disfraza a través de la expansión que debería tener el tipo de cambio, con la técnica de vender dólares baratos» por el BCV; una situación que «explotaría en cualquier momento», tras generar una brecha entre el precio del dólar oficial al dólar paralelo.
Revive el fantasma de la hiperinflación
Aarón Olmos calificó de «terrible» el hecho de que el precio del dólar se haya incremento alrededor de 200% y la aceleración de la liquidez pase el 180% entre febrero y diciembre de 2022, lo que impactó duramente en el salario y poder adquisitivo de los venezolanos, así como en los precios de los productos de bienes y servicios.
«Estamos hablando de que posiblemente Venezuela pudiera entrar otra vez en la senda de la hiperinflación, ya que se encuentra solamente detrás de Sudán y Zimbabue, según sean los datos que tú veas en la aceleración de la inflación y la meta inflacionaria que se fijó el Ejecutivo ya se habría perdido».
Asimismo, Olmos estima que 2023 «será un año muy complejo», especialmente el primer trimestre, debido al fantasma de la hiperinflación en Venezuela, lo que hace que se encarezca la vida de los ciudadanos, por lo que advirtió que «la aceleración de precios va a hacer que los bolívares valgan menos en bienes y servicios», una situación que sigue obligando a los venezolanos buscar de adquirir divisas.
Manuel Sutherland, lamentó que sea el propio Gobierno el que destroce los derechos económicos y sociales de los venezolanos, además de no escuchar a los expertos económicos para la estabilización real del país.
«Por eso, el 2023 parece continuar está senda. Es muy probable que el Gobierno se excuse de los malos resultados de la devaluación, de la inflación y de todos estos asuntos, tomando como excusas las sanciones», agregó.
Sin embargo, Sutherland augura que la economía venezolana pueda crecer un poco en 2023, «pero probablemente la inflación vuelva hacer de tres dígitos, la depreciación pase los tres dígitos largos, el aumento en el tipo de cambio y la inestabilidad economía continúe y afecte las inversiones»
Dólar paralelo podría pasar la barrera de los Bs. 20
En relación al pronóstico para el cierre de diciembre de 2022, tanto Olmos como Sutherland coincidieron en que la tasa del cambio podría finalizar a un precio «muy cercano o superior a los 20 bolívares», en la tasa del dólar paralelo. Todo depende de la capacidad del BCV de poder cubrir la cantidad de divisas.
Además, «se tiene un escenario muy difícil, porque precisamente en estos meses del año -octubre, noviembre y diciembre- es donde más liquidez se libera, donde más consumo hay, donde más presión hay sobre los precios», expresó Olmos, al recordar que las fiscalizaciones de la Superintendencia Nacional para la Defensa para los Derechos Socioeconómicos (Sundde) reaparecieron recientemente.
En la misma línea, Sutherland, ratificó que «si el Gobierno sigue defendiendo el tipo de cambio», este puede cerrar más o menos entre 18 y 20 bolívares por dólar.
Todo esto dependerá -indicó Sutherland- de la capacidad de quema de dólares a precio bajos, así como de las «decisiones políticas, electorales, de cálculo extraeconómico, más de que de una política cambiaria racional y enmarcada en un plan de estabilización económica, que en Venezuela no existe», decida implementar el gobierno de Maduro.