Dos semanas han pasado de la elección de la nueva Miss Venezuela y, aunque la marea ha bajado, las aguas no se han calmado del todo.
La elección de Diana Silva, correspondiente a la edición 70 del concurso, se presagiaba como inolvidable. Y, ciertamente, lo fue. No solo porque con ella el certamen volvió al Poliedro de Caracas, celebró siete décadas, tuvo a Maite Delgado como animadora; sino porque ha sido de los más polémicos.
Quizás en el pasado hubo ediciones tan o más polémicas. El caso de la “finalista fantasma” en 1986 -la nuera de la secretaria privada de Jaime Lusinchi- es uno de los más emblemáticos de la “era Osmel”. Pero como este, también en su gestión, y en la anterior, hubo rumores de votaciones alteradas: chicas favorecidas.
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En el caso de la de 2022, el escándalo ha sido mayúsculo porque las redes sociales no han descansado. Desde que uno de los jurados del Miss Venezuela, Toto Aguerrevere, revelara en entrevista con Shirley Varnagy que Silva no fue la candidata por la que ellos votaron para ganar, las cosas prácticamente se han salido de control.
Después de varios días de silencio, la Organización Miss Venezuela (OMV) ratificó en un comunicado que los “jurados presenciales” (entrecomillado de ellos) habían sido informados que su votación se conjugaría con la de miembros de la Quinta. Eso se ponderaría a la hora de escoger a la sustituta de Amanda Dudamel.
El escándalo sin fin del Miss Venezuela
Lo que el propio Aguerrevere y otros jueces –como Sócrates Serrano, Maritza Pineda y Mariem Velazco- al parecer desconocían, era el peso de esa votación. Aparentemente, habría sido en proporción 50-50. Tras la lectura del comunicado, Aguerrevere presentó su renuncia como profesor al concurso.
El escándalo no cesó. La candidata votada por el jurado, Andrea Romero, Miss La Guaira, anunció que pidió una explicación a la OMV y no había obtenido respuesta. Una reunión a la que fue llamada días después, le habrían propuesto trabajar con ellos en algunos proyectos, pero ella les dijo que no.
Jacqueline Aguilera, de quien siempre se dijo que no encajaba en el llamado Comité de la Belleza, habría oficializado hace unos días su idea de renunciar. También María Gabriela Isler habría querido marcar distancia. Pero antes, habría volado a Nueva York a interceder por la franquicia que tiene Venevisión. Los rumores aseguraban que podían quitársela luego de tamaño zaperoco.
Quedaría Nina Sicilia, pero de ella también se asegura que solo permanecerá con su recién adquirido cargo de gerente de Ventas de Venevisión. Ya su cargo de gerente general del Miss Venezuela lo habría dejado de lado. Ella fue la principal señalada como responsable del escándalo.
De ser ciertas todas estas versiones, la pregunta es: ¿quién será ahora el ojo avizor para escoger a las nuevas reinas? Muchos desearían que volviera Osmel, pero esa es una posibilidad remota. Por no decir imposible.