Sin precedentes, nunca antes, ningún bateador de la Liga Americana había conseguido lo que hizo Aaron Judge anoche, en el Globe Life Field de Texas. Nunca antes, ningún bateador que no hubiera visto salpicado su nombre en el uso de sustancias para mejorar el rendimiento, lo había logrado.
Sexagésimo segundo batazo de vuelta completa en una temporada, para superar el récord de Roger Maris, uno que llevaba vigente 61 años, aquel de 61 cuadrangulares impuesto por el toletero zurdo en 1961; más poético y más romántico que eso, parece poco probable.
Casi sobre la hora, en el penúltimo juego de la temporada, ‘El Juez’ consiguió la guinda del pastel, el cromo dorado que le faltaba para completar el álbum de una temporada de ensueño, histórica y quizás una de las más grandes –si no la que más– en los más de 100 años de data que tiene la Grandes Ligas.
Solo tres hombres han podido conectar 60 jonrones en el joven circuito, todos ellos Yankees; Babe Ruth el primero, luego le superó Maris y ahora Judge hace lo propio. Otros tres lo hicieron en la Liga Nacional, primero Mark McGwire y Sammy Sosa protagonizaron una férrea lucha, que acaparó todas las portadas en 1998; luego llegó un tal Barry Bonds para imponer un nuevo tope, el de 73 que sigue vigente.
Este último es el que reconoce Aaron como el verdadero récord, y en cierta forma es el que también reconoce la Major League Baseball, ya que por aquel entonces el uso de sustancias era permitido, o al menos no estaba prohibido todavía.
Sin embargo, para la mayoría, las hazañas de McGwire, Sosa y Bonds, siempre irán acompañadas de un asterisco, para recordar que sus logros están llenos de dudas, que no llegaron por la vía natural, como sí lo hicieron los tres de Nueva York.
Este martes estaba pautada una doble cartelera entre neoyorquinos y texanos. En el primer choque, al ‘99’ de los Yankees se le veía inusualmente intranquilo, mostrando la frustración de quién seguramente se estaba sintiendo superado por la presión. Y es que, ya era el quinto encuentro sin conseguir el batazo, desde que el 28 de septiembre sacudiera el 61 del año.
Ya eran 17 turnos legales, cinco bases por bolas, siete ponches y solo había podido ligar de hit en tres oportunidades en ese lapso, por lo que su promedio comenzaba a descender y con ello se iba toda esperanza de conquistar la Triple Corona.
Sin embargo, en el primer turno del segundo cotejo, como primero en el orden, en cuenta de una bola y un strike, ‘El Juez’ extendió sus brazos en dirección hacia el jardín izquierdo, como quien se quitara un peso de encima, para desaparecer un slider del venezolano Jesús Tinoco; un swing que quedará grabado para siempre en la historia de este deporte.
Por otro lado, Aaron Judge (131) también superó las 130 carreras empujadas en la temporada, algo que no conseguía ningún miembro de esta organización, desde que Alex Rodríguez lo consiguiera en 2005 (130) y 2007 (156). Luego de eso, quienes más cerca estuvieron de esta cifra fueron: Mark Teixeira en 2009 (122) y el propio A-Rod en 2010 (125).
Ahora mismo, el toletero ostenta 497 remolques en su carrera como ligamayorista, por lo que solo está necesitando tres para arribar a las 500 de por vida. A su vez, el poderoso slugger también llegó a los 220 estacazos en la Gran Carpa.
Además, no es solo en los departamentos de vuelacercas e impulsadas que ‘El Juez’ dictó sentencia en 2022, para imponer nuevas cifras tope en su andar por Las Mayores. Sus 133 anotadas, 177 indiscutibles, 391 bases alcanzadas, 28 dobles y 16 bases robadas, también suponen nuevos números en sus registros.
Por otro lado, aunque la Triple Corona parece haberse escapado de sus manos, al ser superado en la carrera por el título de bateo por el venezolano Luis Arráez, su promedio de .311 también es el más alto con el que consigue terminar una campaña, al ser primera vez que termina como un bateador de 300 puntos.
Judge termina la temporada como líder en jonrones, anotadas, impulsadas, porcentaje de embasado, slugging y OBP, de todas las Grandes Ligas, como una clara demostración de su descomunal año ofensivo, que con casi total seguridad le harán digno ganador del premio al Jugador Más Valioso de la Liga Americana.
Cole se escribe con ‘K’ de ponche
Si alguien tuvo una temporada extraña, llena de altos y bajos, con el uniforme a rayas de los Yankees de Nueva York, ese es precisamente el as de su rotación de abridores, el estelar Gerrit Cole.
En 2021, el diestro se quedó a cinco abanicados de igualar el récord de Ron Guidry dentro de la organización, como la mayor cantidad de ponches recetados en una temporada, para un lanzador de los Yankees.
El ‘Relámpago de Luisiana’ consiguió imponer dicha cifra en la temporada de 1978, cuando el zurdo se apuntó 25 lauros y fue derrotado en solo tres oportunidades, dejando una efectividad de 1.74 y pasando a 248 bateadores por su afilado repertorio.
Para eso necesitó de 35 aperturas, además de trabajar por espacio de 273.2 entradas.
Por supuesto que, aquel año, el zurdo se alzó con el premio Cy Young, que lo distingue como el mejor lanzador de la temporada en la Liga Americana. Como dato curioso, ese año los Yankees se coronaron campeones de la Serie Mundial.
Con sus nueve chocolates de anoche, Cole se impuso como el nuevo rey de los strikes en la franquicia neoyorquina, al llegar a 257 en la campaña. Para ello, tuvo que mantenerse en el morrito en 200.2 episodios, distribuidos en un total de 33 apariciones. No obstante, Cole cargó con su octavo revés del año, después de permitir tres carreras a los Rangers (una de ellas fue sucia).
En un evidente contraste con su alto número de bateadores retirados por la vía de los strikes, el astro de los ‘Mulos del Bronx’ también fue el lanzador de la Liga Americana al que más cuadrangulares le conectaron en el año, con un total de 33 bambinazos; es decir que, en promedio, Gerrit Cole permitió un jonrón por cada una de sus salidas.
Únicamente Josiah Gray, de los Nacionales de Wshington, recibió más castigo que el ‘45’ de Nueva York, al permitir un total de 38 batazos de cuatro esquinas.
Cabe destacar que Cole ya había registrado par de campañas con mejor número de abanicados, con los 276 y los 326 que consiguió en 2018 y 2019, cuando todavía vestía el uniforme de los Astros de Houston. Sin embargo, es la primera vez en su carrera que recibe tantos cuadrangulares, ya que sus peores registros datan de 2019 (29) y 2017 (31, cuando era jugador de los Piratas de Pittsburgh).