Antonio Mamerto Gil, es el santo popular más venerado por los argentinos; oriundo de Mercedes, Corrientes; «el Gauchito» se posicionó en las últimas décadas como el Santo pagano más humilde y atractivo para los sectores populares de la Argentina.
Ha ganado el sentimiento miles de fieles que deciden homenajearlo en diferentes puntos del territorio nacional.
Siempre vinculado al robo y a los vicios, la figura de Antonio Gil se inmortalizó luego de popularizar su obsesión de «robarle a los ricos» para ofrendar a pobres y enfermos. Producto de dicha «fama» la iglesia católica nunca vio con buenos ojos considerarlo un «santo» y ni siquiera el clamor popular y la figura de su compatriota, Jorge «Francisco» Bergoglio al frente del Vaticano pudieron cambiar la historia
Un improvisado mural, una construcción de emergencia o el tronco seco de un árbol, pueden convertirse de la noche a la mañana en el santuario predilecto de los vecinos del lugar.
HispanoPost llego hasta la avenida Forest al 800, en plena ciudad de Buenos Aires, para dialogar con uno de los miles de fieles a los que «El Gaucho» nunca defraudó.
«El gauchito es lo popular, es un santo promesero, vos le pedía, le haces una promesa y el siempre te cumple, incluso con mucho más de lo que venis a pedirle», Martin Roisi es productor artístico y músico, aclara no haber practicado antes ninguna religión y que encontró en el gaucho al compañero ideal ante las causas urgentes de la rutina diaria «lo importante es cumplirle, no importa con qué, un cigarro, un vino, el es el primer agradecido».
