El Salvador, un país centroamericano con una población de no más de 6,5 millones de habitantes, está en primera plana en todo el mundo porque su presidente, Nayib Bukele, ha liderado la decisión de utilizar el Bitcoin como moneda de curso legal junto al dólar. Ciertamente esta medida no va a sustituir a la divisa estadounidense como cono monetario, pero sí contribuirá al desarrollo de la economía.
Hay que entender que el dólar se convirtió en la moneda de curso legal luego de una larga y cruenta guerra civil que condujo a que su moneda nacional (el colón) quedara destruida por la hiperinflación. De allí que se tomara la decisión de permitir la libre circulación del dólar y su utilización y convivencia con la moneda local. Con el paso del tiempo la economía salvadoreña se dolarizó en su totalidad.
Con esta decisión de permitir el uso del Bitcoin como moneda local, Bukele ha visto la oportunidad que tiene El Salvador -siendo un país pequeño y con altos niveles de pobreza- de poder darle a su economía un activo que se valorice en el tiempo, pero que también sea lo que se denomina un activo de reserva.
Este llamado oro digital abre las puertas, además, al desarrollo y uso de las fuentes naturales de creación de energía que tiene ese país con el uso de la energía térmica, por ejemplo. Al fin y al cabo, lo que busca esta nueva política pública es de crear un activo que irá aumentando en valor.
El principal ingreso de El Salvador en este momento son las remesas. Sin embargo, esta vía de financiamiento de las familias de ese país se ve sujeta al pago de comisiones que cobran los servicios de remesas que en muchas oportunidades puede llegar a representar hasta 20% del dinero enviado. Esto, sin duda, perjudica a los más necesitados y contrasta con el costo de enviar Bitcoin, pues las comisiones son muy bajas, por lo que contribuye a la preservación del valor del ingreso de las familias.
Durante la primera década de uso del Bitcoin lo hemos visto formarse, crecer en su sostenibilidad y hemos aprendido cómo es su comportamiento, cómo manejarlo. En los próximos 10 años veremos cómo se integra a Wall Street y cómo incluso empresas y compañías se integren cada vez más a su uso dentro de sus tesorerías. Tesla es un ejemplo que va llevando la vanguardia. En esta nueva década veremos también corporaciones, bancos y gobiernos entrando a la era del Bitcoin.
Los países con mayores problemas en sus economías, tales como Zimbabue, Venezuela, Argentina o El Líbano, por nombrar algunos, podrían utilizar el Bitcoin como una vía de independencia económica para sus ciudadanos.
Se tiende a creer que el Bitcoin es un nuevo instrumento utilizado solo por las personas de dinero, pero en realidad es un mecanismo que le permite a la población de menores recursos independizarse y les provee la capacidad de mantener a su familia a través de un activo que está en constante apreciación.