La iniciativa lanzada por una pareja venezolana/brasileño en el sur del país, Porto Alegre, ya se ha extendido también a Río de Janeiro a través de una franquicia. La propuesta es realizar circuitos para los más pequeños, desde bebés hasta niños de 4 años para desarrollar la actividad motora y mejorar la psicomotricidad.
Durante las aulas, de 50 minutos, los monitores, terapeutas de educación física y pedagogos, proponen actividades que potencian el equilibrio y refuerzan la musculatura de los niños en el gateo, principalmente piernas y cuello. Durante los ejercicios, los pequeños aprenden divirtiéndose, mientras que los padres acompañan su evolución e incluso aprenden ejercicios para realizar en casa.
La propuesta es además un lugar de encuentro que sirve de ayuda para muchas madres primerizas que comparten experiencias con otras mamás que están en su misma situación. Según los monitores y los padres que ya han participado de la experiencia, el resultado mejora los cólicos de los pequeños, fortalece su musculatura y les ayuda a conciliar el sueño además de conseguir la sociabilización entre los niños y adultos participantes.
Hasta los 3 años, los niños están en la fase de adquisición de habilidades. En ese período los aspectos sensoriales y de lenguaje están en proceso de perfeccionamiento. Por ese motivo, el circuito propuesto estimula las capacidades motoras, sociales y cognitivas, así como el vínculo afectivo entre padres e hijos además de mejorar el desarrollo articular, la respiración y la circulación sanguínea.
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