Netflix acaba de estrenar otra película mexicana sobre relaciones amorosas. Si, otra aburrida comedia con chistes que no dan risa y obviedades sobre lo importante que es el amor y la familia. Ahí te encargo es casi tan cursi (si es que eso es posible) como No se aceptan devoluciones (la película que aumentó la fama de Eugenio Derbez) y habla de circunstancias relevantes con superficialidad.
En el cine y en la vida no hay nada peor que ser imbécil y aparentar no serlo, esconder los defectos o disfrazarlos siempre da malos resultados. Esto es precisamente lo que pasa en esta cinta. Los realizadores intentan sin éxito ocultar las frases hechas, los personajes planos, los diálogos idiotas y lo que es aún peor: los chistes poco creativos para motivar al espectador a seguir viéndola.
Desde el inicio podrás darte cuenta de lo que se viene: una rutina de situaciones que ya has visto en la mayoría de cintas de este estilo.
Pedir originalidad es casi imposible, todas las historias ya han sido contadas. Sin embargo, hacer buen cine pasa por darle un toque único a lo conocido. Dar tú versión de la realidad, no diluirse en un universo donde no hay forma de diferenciarse.
Para colmo la película no entretiene, no dan ganas de esperar que avance, va perdiendo la atención del público paulatinamente.
Ahí te encargo es un largometraje que prueba que algunos directores apuestan por el chiste obvio, por el recurso fácil que supuestamente ya ha funcionado en otras ficciones creyendo que les va a salir todo bien. No obstante, una película sin alma que recoge fórmulas conocidas no puede generar resultados ni novedosos ni memorables.
La premisa de la cinta sobre una pareja que no se pone de acuerdo sobre tener o no hijos se sostiene en diálogos tontos sobre la maternidad y sus posibilidades.
La película pretende ser moderna y mostrar que en nuestros tiempos los roles sociales son una cárcel en la que necesariamente no tenemos que recluirnos y sin embargo consigue lo contrario.
El largometraje es una deformación de las comedias románticas. Este género en esencia no tiene que ser denso, pero si coherente. Ahí te encargo no solamente es frívola, también absurda y poco verosímil.
¿El éxito profesional es menos importante que la maternidad? ¿La paternidad pone en riesgo el ascenso económico? ¿Es posible ser exitoso y feliz en la vida personal? Se supone que la película responde estas preguntas. Si tienes tiempo para perder dos horas de tu vida, puedes verla y me cuentas si lo hace o no.
Luisa Ugueto
@luisauguetol