El pasado miércoles, la cantante Billie Eilish habló en una emisora sobre cómo el haber estado expuesta a pornografía cuando tenía 11 años de edad dañó su vida sexual y no le permitió decir “no” cuando empezó a tener relaciones. Ante esta realidad que expone la artista estadounidense a sus 19 años, HispanoPost conversó con el doctor especialista en medicina adolescente Ricardo Montiel sobre las consecuencias de que los niños consuman este tipo de contenido.
Montiel, quien es el jefe del departamento de Pediatría del Centro Médico Docente La Trinidad,señala que la exposición precoz a imágenes para las cuales no se está preparado para procesar neurológicamente “puede tener efectos nocivos de todo tipo”.
“La primera reacción humana al ver una imagen para la que no se está preparado, que ni siquiera tiene que ser pornografía sino hasta podemos poner de ejemplo la de un monstruo, va a ser de huída. En especial, cuando se trata de niños en edad preescolar y escolar. Y si el estímulo visual inadecuado de este contenido en específico, persiste de forma voluntaria o involuntaria, puede transformarse en una especie de educación sexual bizarra, ya en el caso de los niños más grandes y los adolescentes”, dice.
El experto enfatiza que generalmente cuando los adolescentes empiezan a desarrollar problemas en su sexualidad ligados al consumo de este tipo de imágenes, todo inicia por la curiosidad y se arraigan porque buscan constantemente esta información pensando que es la mejor opción para educarse. “Pero esto es un entretenimiento para adultos y no un programa para educación sexual para adolescentes ni escolares”, expresa Montiel.
“Los adolescentes, como seguramente fue el caso de Billie Eilish, al ver esto tergiversan lo que realmente es la sexualidad del ser humano porque la mayoría de este tipo de imágenes no está orientada a mostrar la realidad, sino a hacer escenarios donde está presente la explotación de la mujer, la objetivación sexual de la misma, incluso el maltrato y la violación. Ese, lamentablemente, no es el mensaje que queremos que se lleven en su cabeza y manejen en la vida real”, indica.
El doctor en medicina adolescente acota que “mucho de lo que ven allí de ninguna manera va a ocurrir en la vida real”. Además, Montiel explica que entre las consecuencias de fijar las expectativas en ello está la frustración y el sentirse mal después de su primer acto sexual.
“El 95% de estos adolescentes, que tienen dichas imágenes como objetivo, les va terriblemente mal en su primera experiencia sexual y después, terminan buscando estimulantes como píldoras azules, en el caos de los hombres”, dice, al añadir que con respecto al género femenido, al exponerse a estas películas pueden empezar a desarrollar su comportamiento sexual basadas en ellas y de ser así creerán que tienen que ser sumisas y un objeto de lo que decida su pareja y “esa no es la idea”.
La prevención
“Generalmente los padres piensan que poniendo una serie de obstáculos en la computadora o en los celulares, los hijos no encontrarán este tipo de contenido. A ellos les tengo malas noticias, el efecto de esta medida es muy limitado porque siempre van a tener la posibilidad de exponerse a esto en cualquier lugar”, expresa Montiel.
El galeno indica que la mejor opción es la educación sexual desde temprana edad. “Diciéndole a los más pequeños de dónde vienen los bebés, explicándoles que este está en el vientre y no en la barriga y por eso cuando mamá come no los afecta es una respuesta que momentáneamente será más que suficiente. Posteriormente, en la preescolaridad se empieza a explicar cómo el bebé llegó ahí y enseñarle poco a poco lo que es la sexualidad dejándoles en claro que hay zonas que los demás no pueden tocar. Para los escolares, hablamos más de sentimientos porque la sexualidad no es solo de la cintura para abajo sino de como van a manejarlo”.
Para Montiel, “la educación sexual es la mejor opción porque mientras cuenten con más información, menos probablidades tendrán de manejarse inadecuadamente con la pornografía o con cualquier otor tipo de exposición”.
Recomendaciones a los padres
El experto en medicina adolescente y educación sexual destaca que lo primero que deben hacer los padres para hablar con sus hijos sobre este tema es examinar su propia sexualidad para dar el mensaje correcto. “La importancia de hacer esto es que tendrán las herramientas para defenderse de lo que puedan encontrar en las pantallas digitales”.
Montiel añade que si el padre no se siente preparado para hablar con sus hijos de esto, “debe buscar ayuda ya sea con un pediatra, un psicólogo o un orientador para que transmita esta información”.
Explica que el pediatra desde muy temprano puede ayudar a manejar estos temas, pero principalmente la especialidad de medicina adolescente tiene un peso importante en esta materia tanto para escolares como para adolescentes, incluso en etapa temprana como tardía, tratando a quienes tienen desde 8 años de edad hasta 20 años y en adelante.