Una película puede ser lo que quiera su realizador, pero también, y quizás especialmente, es lo que el público decida. Los espectadores somos quienes les damos sentido. Siendo así, un largometraje puede tener uno y varios significados, tantos como personas lo hayan visto.
Por esa razón, supongo que para algunos Bullet Head (2017) es una película sobre tres hombres que buscan refugio luego de cometer un robo. Eso dice su sinopsis. No obstante, esa premisa no logra hacerle justicia a la historia de amor que se esconde en esta cinta aparentemente violenta.
Todos los que han tenido perro lo saben: son casi la mejor compañía que existe, son generosos como ningún humano podrá ser, te quieren de una forma tan incondicional que es casi imposible reproducir ese afecto en relaciones con personas. ¿Por qué? Porque un perro no quiere nada de ti que no sea tu compañía. No busca sexo, ni dinero, ni favores. El perro solamente está ahí esperando tercamente tu atención y agradeciendo cada detalle. Tampoco intenta reclamarte o ponerte reglas para darte su afecto.
¿A qué viene toda esta disertación sobre los perros? A que en la película cada uno de los personajes principales, que no son más de cinco, tienen una historia con perros que vuelve a sus memorias cuando coinciden en un lugar donde éstos son tratados con crueldad. Como en Amores perros (2000) esos establecimientos donde estos animales son obligados a pelear son el marco de una historia que parece intrascendental, pero no lo es.
Una historia que se enriquece al no ser obvia, ni cursi, ni grandilocuente, pero sí sincera cuando habla de las relaciones que los seres humanos pueden establecer con estos animales de diferentes formas y en distintos momentos de la vida.
«El pasado es como una piedra. No puedes nadar si no lo sueltas», se dice en esta cinta de acción que no deja de lado el drama o las disertaciones mucho más profundas sobre la crueldad humana, que siempre está cerca de la estupidez.
La película, escrita y dirigida por Paul Solet, explora los universos personales de sus personajes y nos brinda un conjunto de historias que parten de puntos diferentes, pero coinciden en uno.
Además de las escenas de acción y el estrés que genera la espera para comprender la verdad de los acontecimientos, la película ofrece la posibilidad de entender el valor de un vínculo que muchos catalogan de insulso, pero puede llegar a ser trascendental.
La cinta expone con detalle esa manía del ser humano de creer que su vida es mucho más valiosa que la del resto de seres vivos. El hombre es el depredador del hombre y de todo lo que respira.
Finalmente, la película disfraza muy bien sus verdaderas intenciones, mientras nos regala una tensión sostenida que nos permitirá esperar con alegría y nervios el desafiante final.
@luisauguetol