Guarderías itinerantes rompen paradigmas en la atención de bebés

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    Las guarderías tradicionales han dado paso a otra forma de entender la educación y el cuidado de los hijos. Las guarderías parentales surgen de la necesidad de las familias de dar un ambiente más próximo y cálido para sus hijos. En ellas, un grupo de padres y madres se reúnen en un colectivo para compartir el cuidado de los más pequeños intentando conciliar también los horarios laborales.

    Este tipo de guarderías, denominadas también como cooperativas o asociación de padres están inspiradas en el modelo francés que lleva años funcionando y que hoy en día se ha extendido por la mayor parte de las ciudades brasileñas.

    Muchos optan por este tipo de modelo dado a la falta de vacantes en las guarderías públicas y privadas o por el alto costo de las escuelas y cuidadoras. Pero, hay otros casos como este pequeño colectivo de padres y madres del barrio de Santa Teresa, en Río de Janeiro, que han apostado por este modelo como elección de la educación que quieren ofrecer a sus hijos.

    Para, Antonio Damassio, padre de Helena, “este tipo de guarderías están mucho más estructuradas afectivamente”, en ellas no solo los pequeños interaccionan con los otros bebés, sino que también “es una enseñanza para nosotros como padres que aprendemos a convivir dentro de un colectivo”.

    En las guarderías parentales no existen reglas homogéneas, cada colectivo inventa las suyas propias, en el caso del grupo de Santa Teresa, formado por cuatro familias, ellos decidieron que el cuidado se realizase cada día en la casa de una familia y que la pareja de esa familia estuviera presente junto con la cuidadora en la casa para cuidar de los cuatro bebés. Todos más o menos tienen la misma edad lo que facilita el intercambio entre ellos, pero también existen guarderías parentales formadas con niños de diversas edades.

    En el caso del colectivo de Antonio Damassio, prácticamente todos los padres y madres que lo componen son autónomos, excepto uno de ellos que tiene horario de oficina, pero igualmente todos participan y se involucran en el cuidado de los cuatro niños.

    La guardería tiene toda una rutina, los pequeños comienzan llegar a las 10.00 a la casa de familia a quien le toca el turno de guardería, a las 11.00 llega la cuidadora, Flávia Neves, y a partir de ahí todo se prepara para el almuerzo, en los meses de más calor sigue un baño y después una pequeña siesta, al despertar la merienda está lista para al terminar salir al exterior a dar una caminada o visitar algún lugar. A las 18.00 llegan el resto de padres para recoger a sus pequeños y al día siguiente comienza la misma rutina en una casa diferente.

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