Insubordinación militar crece preocupantemente en Costa de Marfil

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    El motín de una facción del Ejército de Costa de Marfil sublevada por discrepancias salariales con el gobierno se extendió este lunes por ciudades de todo país, entre ellas San Pedro, que alberga uno de los puertos más importantes de su costa.

    «Hemos oído disparos durante mucho tiempo y por toda la ciudad, incluso en el puerto. La ciudad se está quedando vacía», contó un testigo en una conversación telefónica desde la citada población, uno de los principales puntos de exportación mundial de cacao.

    También en Gagnoa, capital de la región de Goh, en el oeste del país, hubo disparos de los militares amotinados, que son parte de unos 8.400 excombatientes de la guerra civil integrados en el ejército que reclaman las primas que se les deben desde el final del conflicto en 2011.

    Soldados de las ciudades de Korhogo (norte), Man (oeste), Bondoukou (noreste) y Daloa (centro), también secundaron la sublevación.

    Mientras, la tensión continúa en la capital económica, Abiyán, y en la segunda ciudad del país, Bauaké, origen y epicentro del motín.

    Los militares amotinados bloquearon el domingo los cuatro accesos a esta ciudad, levantaron barricadas en las calles, detuvieron el tráfico y dispararon al aire, mientras que los comercios permanecieron cerrados y varios vehículos fueron saqueados en otra jornada de tensión.

    Bouaké es la antigua capital de la rebelión contra el expresidente Laurent Gbagbo que controló la mitad norte del país hasta 2011 y apoyó al actual mandatario, Alessane Ouattara.

    En enero los militares y el ejecutivo llegaron a un acuerdo para saldar la deuda. Los amotinados exigieron 12 millones de francos CFA (alrededor de 18.000 euros) para cada uno, y el Gobierno procedió al pago de una parte y prometió el resto a partir de mayo.

    Ambas partes llegaron a un nuevo pacto el pasado jueves -solo aceptado por algunos de los excombatientes- por el que los rebeldes se disculpaban y renunciaban al resto de su demanda.

    Las protestas se remontan a noviembre de 2014, y en su origen se encuentran antiguos elementos rebeldes, integrados en las fuerzas de seguridad nacionales tras el acuerdo de paz de Uagadugu firmado en 2007.