Los dueños de 2.000 kioskos del Distrito Capital se han visto forzados a cambiar de ramo o cerrar como consecuencia de la crisis económica de Venezuela y de la salida de circulación de numerosos medios impresos, alertaron fuentes del sector.
«Ahora vendo alimentos (harina de maíz, azúcar, café, arroz) y jabones para poder salir a flote y mantener a la familia», contó uno de los afectados, que se ha dedicado en los últimos 15 años a ser kiosquero.
Recordó que antes ofrecía refrescos, chucherías, revistas y periódicos, pero desde el año pasado las cosas empeoraron: «Ya no hay periódicos y los chocolates, galletas y refrescos son muy costosos y la gente no lo compra».
Otro vendedor exhibe en su puesto hortalizas que compra en el mercado de Coche. «Los vegetales tienen más salida que las pocas galletas y chupetas que lograba vender hace un año cuando la situación se puso más dura».
Un comerciante contó que la recarga de celulares dejó de ser rentable porque los usuarios ahora lo hacen por transferencia desde su propio teléfono y no pagan la comisión al kiosquero.
«El termo de café y los cigarros tampoco dan lo suficiente por lo que pienso cerrar», dijo otro de los consultados.
Alfredo Padilla, coordinador de la Asociación de Trabajadores por Cuenta Propia y Emprendedores, explicó que los kioskos de Caracas y el resto del país «han mutado o cerrado ante la difícil situación económica y la desaparición de diarios y revistas».
Destacó que el puesto de periódicos sustituyó al pregonero y fue un negocio prospero por mucho tiempo. Agregó que en el caso de Caracas unos 6.000 hogares son perjudicados, pues el kiosko es un emprendimiento familiar que atienden abuelos, padres, tíos o hermanos.
Padilla refirió que una resolución del exalcalde del Municipio Libertador, Jorge Rodríguez, eliminó el derecho de propiedad y la posibilidad de herencia. Denunció que las autoridades derrumban o se llevan los kioskos de los comerciantes sin previo aviso.
Además de puntos de venta de comida y artículos de aseo personal, los kioskos se han convertido en centros de reparación de calzado y electrodomésticos.
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