Lo que puede parecer un juego lleno de desafíos, a priori atractivo para todo adolescente que busque emociones fuertes, es en realidad una trampa macabra que se calcula ha acabado con la vida de 130 jóvenes en todo el mundo.
Lo llaman la Ballena Azul y se presenta en las redes sociales como un juego online que induce al jugador a superar 50 retos. Al principio, las pruebas son más o menos inofensivas, como levantarse a las 4.20 horas de la madrugada o ver películas de terror durante 24 horas.
Pero pronto toma tintes más peligrosos, como la incitación a hacerse cortes en los brazos. Una de las pruebas anima a los adolescentes a que se dibujen en el antebrazo con una hojilla de afeitar el perfil de una ballena azul.
El juego nació en Rusia, donde varios chicos y chicas ya han cometido suicidio tras dejar dicho en las redes sociales que se iban de este mundo después de alcanzar la prueba 50 de la Ballena Azul.
El pasado 10 de mayo el joven ruso de 21 años Philipp Budeikin fue arrestado acusado de estar detrás del juego. El hombre ha reconocido que indujo al suicidio a 16 adolescentes y ha confesado que lo hizo para limpiar la sociedad.
Se cree que el autor del juego lo bautizó con este nombre por la costumbre de estos cetáceos de ir a morir a las playas, haciendo un paralelismo con la llamada a los jóvenes a morir tras superar todas las pruebas.
En Catalunya, a finales del mes de abril, una chica de 15 años ingresó en el Hospital de Sabadell tras descubrirse que estaba participando en el juego. Su entorno lo detectó y la joven fue trasladada a la planta de salud mental.
Desde entonces, y en lo que va de mayo, la policía ha sido avisada de nuevos casos de adolescentes catalanes que habrían empezado el reto de las 50 pruebas, la última de las cuales es el suicidio.
