La democratización de Venezuela pasa por una salida negociada que refuerce las instituciones y promueva la cooperación

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«La democratización de Venezuela: nuevos senderos para el cambio político» es el nombre del más reciente informe elaborado por Michael Penfold, doctor en Ciencia Política, consultor internacional, profesor universitario del IESA y del Wilson Center, en el que resalta la necesidad de «una salida negociada, que refuerce las normas e instituciones democráticas y promueva la cooperación entre las diversas facciones políticas del país”, pues “es de interés para quienes han apoyado al movimiento chavista, quienes se han opuesto a él y también para el resto de los venezolanos”.

En dicho reporte, publicado en el marco del Programa Latinoamericano del Wilson Center, se insta a los venezolanos a asumir su respectivo rol en el restablecimiento democrático del país: «El trabajo más arduo para detener el declive del país y cambiar su rumbo debe ser asumido principalmente por los venezolanos». Esto como parte de un intercambio de ideas con líderes de opinión, académicos y hacedores de políticas públicas venezolanos, estadounidenses y europeos preocupados por la situación que atraviesa el país.

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Penfold advierte que Venezuela, en las últimas dos décadas, ha demostrado grandes capacidades de resiliencia, pero también «un uso intensivo de clientelismo electoral y alta sofisticación tecnológica para controlar a la población» que se ha extendido a Nicaragua y tiene contrapartes en otros países como Rusia, Cuba, China, Turquía e Irán.

Argumenta que el retorno a una mesa de negociación y diálogo, como la iniciada en Ciudad de México en 2021, le ofrece a Venezuela la posibilidad de hallar soluciones mancomunadas a los problemas de los ciudadanos. Sin embargo, el retiro de la mesa de la coalición oficialista en octubre de ese mismo año retraso esta posibilidad, manteniendo congelado el proceso, pese a los intentos de reanudación de Estados Unidos y Europa.

Reconocimiento de errores

El informe señala que la resolución de los problemas sociopolíticos, económicos y humanitarios por los que atraviesa Venezuela debe pasar principalmente por el reconocimiento de los errores cometidos, tanto desde la administración de Nicolás Maduro como por el llamado gobierno interino de Juan Guaidó. Además, «la comunidad internacional debe jugar un papel más constructivo que permita facilitar y también fortalecer un potencial acuerdo».

Asimismo, se advierte que es importante «explorar si se pueden diseñar caminos constructivos y factibles para ayudar a los actores sociales y políticos dentro del país, y que le permitan a su diáspora y miembros de la comunidad internacional, a comprometerse con pasos concretos destinados a la coexistencia pacífica, la recuperación económica y la reconstrucción de las instituciones democráticas y el fortalecimiento de la sociedad civil».

En el reporte se insiste en que los ciudadanos deben buscar un liderazgo más reflexivo: «Ninguna potencia extranjera correrá los riesgos y dedicará los recursos necesarios para resolver las múltiples crisis de Venezuela, pero varias naciones sí podrían tener el interés y los recursos para comprometerse y apoyar estas iniciativas».

Futuro democrático

También se reitera la necesidad de lograr la realización de unas elecciones «libres, justas y creíbles, con reglas y procedimientos acordados, y un monitoreo adecuado». Por ello, se hace la invitación a los demócratas venezolanos a participar y trabajar con organizaciones de la sociedad civil e internacionales para garantizar dichos comicios.

El informe refleja que este panorama supone riesgos para ambas partes, pues a es probable que Maduro recrudezca sus prácticas autoritarias, aunque esto pudiera poner en riesgo su estabilidad a mediano y largo plazo. Por otro lado, la oposición debe negociar la apertura política que dé pie a un proceso de transición democrático.

«A pesar de su naturaleza autoritaria, el chavismo podría negociar una apertura política que conduzca a una relajación gradual de las sanciones internacionales y a una ayuda humanitaria sustancialmente mayor. Maduro enfrenta un dilema: su gobierno puede permanecer en el poder a un alto costo social, o puede mejorar las condiciones de Venezuela logrando una relajación gradual de las restricciones internacionales que le permita “competir” electoralmente y reinsertar nuevamente a la industria petrolera en un mundo que demanda tanto crudo como gas a altos precios», reseña el informe.

Por lo que se hace hincapié en la negociación: «Mientras Maduro permanezca en el poder, la única salida a este dilema es a través de negociaciones con la oposición que cuenten con el aval y el apoyo de Estados Unidos y la comunidad internacional. El informe intenta, precisamente, esbozar algunos pasos concretos que podría facilitar la construcción incremental de ese camino».

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Keissy Bracho
Keissy Bracho
Licenciada en Comunicación Social, mención Periodismo Audiovisual Especializada en Comunicación Política, Opinión Pública, Marketing Político, Gestión de Políticas Públicas. Aprendiendo de Género

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