No hay que ser un experto, para notar que el equipo que más ganó o que mejor se movió en las negociaciones, antes de la fecha y hora límite de cambio, fueron los Padres de San Diego que ahora lucen como una verdadera artillería pesada.
La llegada de Juan Soto y el pronto regreso de Fernando Tatis Jr. a la alineación de los frailes, que ha estado ausente durante toda la temporada por una lesión en una de sus manos, les convierte junto a Manny Machado en un verdadero ‘Big Three’.
La condición de zurdo de Soto, lo hace la pieza perfecta, para encajar justo entre sus dos compatriotas, con Tatis como primer en el orden y ‘el ministro de la defensa’ con tercer tolete. Las salidas, más que sorpresivas, de Luke Voit y Eric Hosmer dejan el camino despejado para que Josh Bell asuma la titularidad del primer cojín y tome el cuarto lugar en la ofensiva.
Vale recordar que los Padres intentaron enviar a Hosmer a los Nacionales, en el paquete por Juan Soto; movimiento que el veterano inicialista vetó, provocando que Voit fuera utilizado como moneda de cambio y que a él lo enviaran a los Medias Rojas de Boston, equipo que no figuraba en su lista negra.
Por su parte, San Diego también adquirió al utility Brandon Drury, que llega proveniente desde los Rojos de Cincinnati. Con el infield completamente distribuido, no hay lugar en la defensa para el ex de Yankees y Azulejos; sin embargo, Drury está en medio de la temporada de su vida, por lo que hay que encontrarle puesto como sea.
Afortunadamente para los californianos, el bateador designado ahora es un rol universal, lo que le abre las puertas al infielder, para que pueda seguir haciendo lo suyo, ahora como quinto o sexto bate de los Padres de San Diego.
No podemos olvidar, que los religiosos también cuentan en sus filas con Jake Cronenworth, titular del segundo cojín, que venía desempeñándose como tercer garrote; pero ante los movimientos recientes, tendrá que ser bajado en el orden. Tal vez, por el simple hecho de batear del lado de los zurdos, esto podría ubicarlo entre Bell y Drury, como quinto paleador.
Asimismo, el curazoleño Jurickson Profar, que de momento está encargado de abrir el lineup, sería movido hasta la séptima casilla ofensiva, una vez que Fernando Tatis reciba la activación por parte de la organización.
La receptoría ha sido compartida, en partes casi iguales, entre el colombiano Jorge Alfaro y Austin Nola; el careta de turno y probablemente el jardinero Trent Grisham, serían los encargados de cerrar la toletería; siempre teniendo en cuenta que también disponen de los servicios de Wil Myers y Nomar Mazara, que aunque han disminuido su producción, en el pasado han demostrado que tienen la fuerza para sacar sobre 20 jonrones por año.
Por otro lado, la alta gerencia también hizo un movimiento peculiar e inusual, al intercambiar cerradores con los Cerveceros de Milwaukee; enviaron a Taylor Rogers a los luposos, a cambio del estelar Josh Hader, quien es probablemente el mejor taponero de la actualidad.
Pero, para hacer todavía más curioso este enroque, estamos hablando de líder y colíder en juegos salvados, de todas las Grandes Ligas, en lo que va de temporada. Mientras que Hader se ha apuntado 29 rescates en 31 chances, Rogers ha hecho lo propio en 28 de 35 oportunidades.
En definidas cuentas, el objetivo de los Padres de San Diego es bastante claro; ser campeones cueste lo que cueste, y para ello parecen dispuestos a negociar hasta su alma con el mejor postor. De por sí, es válido aseverar que de no conseguir la ansiada corona, en un lapso máximo de tres años, sería un estrepitoso fracaso que pasaría a la historia.