Finalmente, después de ser una de las obras más anunciadas de los últimos años, este jueves se estrena en Caracas el musical Los Miserables, basado en la obra de Víctor Hugo.
El miércoles se realizó en el Teatro Teresa Carreño el ensayo general con público, el cual terminó siendo un preestreno, ya que la sala Ríos Reyna si bien no se abarrotó de invitados, convocó a suficiente público para que el vaporón se hiciera sentir dentro de la misma.
Se aseguró que para el estreno de la temporada el problema del aire acondicionado estaría resuelto, pero no fue así. En algún momento se sintió un fresquito, porque ciertamente se escuchaba un zumbido en la sala, pero no fue suficiente para el sofocón que reinaba y que provocó que los presentes utilizaran el programa de mano como abanico.
Tan conscientes estaban de todo, que la productora Claudia Salazar, al dar la bienvenida y hacer la salvedad de que se trataba de un ensayo general, hizo referencia a «una gran cantidad de obstáculos técnicos que tuvimos que sortear, pero aquí estamos».
Más de 30 actores, encabezados por Beto Baralt (Jean Valjean) y Gaspar Colón (Javert), desafiaron cualquier incomodidad para que no fuese su garganta la que los dejara mal, sino el sonido. Afortunadamente, tanto para ellos como para el público los textos son en español, lo que permitió que la «pérdida» no fuese tan marcada.
En un musical los problemas de audio son, prácticamente, imperdonables. Solo el profesionalismo de ese elenco pudo hacer que no se perdiera tanto el hilo en los diálogos, los cuales, al ser cantados y no hablados, se pierden más fácilmente y al espectador le cuesta más mantener la historia. Ojalá que para las funciones comerciales pueda ser solventado este problema.
Obviando esos detalles (que no son cualquier cosa), hay que reconocer el esfuerzo por haber hecho este montaje. Los recursos técnicos del escenario funcionaron a tiempo para entrar y sacar escenografías y personajes de una manera rápida y sin interrumpir la dinámica del espectáculo.
En el foso, la orquesta dirigida por Elisa Vegas hizo un trabajo impecable. Con precisión se llevaban los tiempos entre la acción y el dramatismo, más o menos intenso, de la partitura. En el público se encontraba Claude-Michel Schönberg, el compositor de la banda sonora.
La gente respondió con fuertes aplausos en diversas partes del musical, sobre todo cuando cantaron los niños y cuando los tenores hacían sus solos. Al final, una fuerte ovación de pie los despidió.
Las presentaciones serán hasta el próximo domingo 10 de noviembre. Se abrieron tres funciones extra el fin de semana de cierre, debido a la alta demanda de entradas, cuyos precios oscilan entre los 580 mil y el millón 300 mil bolívares.
