Aun cuando El juego del calamar es una serie que ha sido calificada como cruda, pero sobre todo violenta, el interés que despertó la ubica como el estreno más exitoso en la historia de Netflix.
Hasta la semana pasada, la plataforma reconoció que por lo menos 111 millones de espectadores habían visto la serie de nueve capítulos. Pese a esto, no faltó quien cuestionara la afirmación, ya que el monitoreo de lo que en la industria televisiva se conoce como rating no la hace, como suele suceder, una empresa externa, sino el propio streaming. Otros alegan que con tan solo darle clic a un capítulo y escuchar el “Tudum” característico y ver unos pocos segundos ya se contabiliza como una vista.
Cierta o no la cifra aportada, es un hecho que la creación de Hwang Dong-hyuk ha revolucionado el mundo. En casi todos los países donde puede accederse a Netflix está en el primer lugar de programas más vistos desde el 28 de septiembre, día de su estreno, incluyendo a Venezuela.
Nadie ha explicado exactamente dónde radica su éxito. La historia de Gi-hun, un hombre arruinado, quien en medio de su desgracia se consigue con alguien que le da un número telefónico lo que,en los 90 se denominaba en Venezuela como “la llamada millonaria”, es el centro de la serie.
Al llamar se entera de que tiene la oportunidad de ganar mucho dinero. Un accidente lo hace quedar inconsciente y cuando despierta se consigue en un sitio junto a 455 personas más, todas numeradas. Él, el 456, es otro de quienes pueden hacerse con el equivalente a 40 millones de dólares.
Pero para ello tiene que cumplir, junto a sus compañeros, personajes variopintos y desconocidos para él, una serie de retos, a sabiendas de que quien pierde, muere.
Quienes han analizado la producción coinciden en que si bien la historia es cruda y sangrienta, con la cual el autor quiere hacer referencia a la disímil realidad coreana, y puede generar cierto rechazo, también es lo que logra conectar con el espectador.
Una estética cuidada, personajes y ambientaciones sencillas y una música creada para estar en el juego por Jaeil Jung, él mismo que hizo la de Parásitos, qpelícula ue ganó el Oscar. Y, según el testimonio de algunos televidentes, a pesar de todo se encariñan con los personajes.
Uno a uno, en cada capítulo, se van develando los elementos del porqué y de la habitación, sin saber ni quién era el dueño del número telefónico ni quién está detrás del premio millonario. El autor apeló a personajes de otras producciones, tales como Alice in Borderland, 3% o Los juegos del hambre, para que el espectador se sintiera identificado con su idea.
El principal gancho de la serie viene dado por el juego de “luz verde-luz roja”, que es lo que determina quién gana o quién pierde. Por eso, la protagonista de gran parte del éxito de la serie es la enorme muñeca, flanqueada por dos ejecutores.
Lee Jung Jae, Park Hae Soo y Wi Ha Joon son los protagonistas de esta producción que está también llamada a convertirse en una serie de culto. Y esto porque Hwang Dong-hyuk ha dicho, por ahora, que no habrá una segunda temporada de El juego del calamar.