Verde, es el color que pasa por la mente de los zulianos cuando le mencionan el lago de Maracaibo desde que el 25 de septiembre el satélite Aqua de la NASA tomó una imagen de esa zona en la que pareciera que no hay lago sino tierra. Porque todo se ve verde por la contaminación.
Por si la imagen no expusiese el problema por sí sola, la NASA la acompañó con la frase: “Alguna vez fue una fuente de gran abundancia, particularmente de combustibles fósiles y pescado, para la gente de Venezuela. Ahora, el lago de Maracaibo es mayormente abundante en la contaminación de las fugas de aceite y el exceso de nutrientes”.
Y si la realidad desde el espacio es imposible de negar, verla con lupa, aún más. Los principales afectados son los pueblos de agua que usan el lago todos los días como fuente para limpiar su casa, bañarse y cocinar.
“Los pueblos de agua como San Luis, Santa Rosa y Ologá son zonas donde los habitantes nos han transmitido su situación particular. Incluso en el malecón de Maracaibo, las personas que venden pescado en Las Pulgas hacen limpieza de utensilios con el agua del lago, y es un agua con altos niveles de mercurio”, dice la ambientalista Grisel Mercadante, quien advierte que este metal pesado arrojará consecuencias no solo en los consumidores de hoy, sino en sus generaciones futuras.
En consecuencia, los pescadores cada vez se alejan más de los sectores donde acostumbraban laborar, no porque quieran, sino porque donde hay manchas de petróleo no pueden pescar. Pero las condiciones del lago de Maracaibo no surgen de un problema que apareció de la noche a la mañana.
Aunque “al ciudadano de a pie le duele la noticia de la NASA y está afectado con ella, los ambientalistas sabemos qué está pasando y que debemos accionar en una situación que desde siempre ha sido nuestra prioridad”, dice Mercadante, quien es directora de la Fundación El Zulia Recicla.
Una contaminación kilométrica
Este lago es uno de los más grandes de América del Sur, concentra una extensión de 13.000 kilómetros y en ellos, derrames de crudo, desechos sólidos, agrícolas y hasta las cloacas no solo de Zulia, sino de otros estados.
Mercadante explica que hay “descargas indiscriminadas y sin ningún tipo de control no solo de petróleo, sino de aguas residuales, cloacales, agrícolas y de desechos sólidos y no solo de Zulia, sino también de la región andina”.
“Esta problemática ambiental que ya los zulianos conocemos surge por todos estos factores. Empezando por las fugas de petróleo producto de la falta de mantenimiento de las infraestructuras que hacen que las torres y tuberías se fracturen y liberen todo esto en el agua, afectando la fauna y el ecosistema marino. Y aunado a esta situación tenemos la descarga de desechos agrícolas, sólidos y de aguas cloacales, todos descargan allí”, afirma.
La directora de la Fundación El Zulia Recicla explica que la suma de estas acciones “impacta sobre la calidad del ecosistema marino y aumenta los procesos de eutrofización, que si bien es un proceso natural, cuando tenemos mucho material orgánico se genera un desequilibrio que genera la disminución de oxígeno en la profundidad del cuerpo del agua. Y sin olvidar que también como consecuencia del dragado del agua para que puedan pasar los buques petroleros, ha aumentado la salinización del lago.
Las consecuencias de esta suma de causas se ven literalmente a flor de piel en quienes viven en los alrededores del lago, que consumen sus aguas y que ante la crisis se servicios del país las opciones son escasas.
“Vemos problemas en la piel, enfermedades gástricas y todas las dolencias están asociadas a la condición del agua”, advierte Mercadante. Añade que la fauna del lago de Maracaibo también vive una situación grave y conserva un número importante de especies endémicas a preservar.
“Aunque el lago es de Maracaibo, también es del territorio nacional”
Lo que ocurre en Maracaibo no es ajeno, no se trata de otro país, ni continente. Para la ambientalista es importante recordar que “aunque el lago es de Maracaibo, también es del territorio nacional”. Destaca que el Estado no ha tomado acciones concretas en esta material y este, uno de los lagos más antiguos del mundo, “merece la mirada del ciudadano, de las instituciones y del Estado y del privado”.
Por parte de las organizaciones no gubernamentales (ONG) enfocadas en proteger el ambiente, como El Zulia Recicla, continúan las acciones. “Tenemos un foco principal en la prevención y del manejo adecuado de los desechos sólidos para que no sean vertidos en los cuerpos de agua y como ONG hemos visibilizado para promover las buenas prácticas, pero hay que impulsar mucho más”, dice
Mercadante indica que desde el estado no se han realizado acciones importantes. “Lo mínimo que se debe resolver son las plantas de tratamiento de las aguas cloacales, otra situación es colocar contenedores para que los desechos sólidos no sean vertidos al lago y luego, tienen que existir políticas de Estado para las empresas petroleras para revertir la situación actual, lo que sabemos que es un discurso complejo porque la infraestructura está muy deteriorada”, puntualiza.