Más de 200 venezolanas, algunas víctimas de abusos, se forman como líderes durante la pandemia

Desde noviembre de 2020, en Anzoátegui, Aragua, Carabobo, Distrito Capital, Lara, Miranda y Zulia, 240 venezolanas conforman el Programa de Liderazgo Femenino (PLF). Muchas de ellas vivieron historias dolorosas y de abusos, y con apoyo de una organización no gubernamental son parte de una red, además de líderes comunitarias.

“He recibido herramientas que ojalá las hubiera tenido antes. Yo fui víctima de violencia de género y hace poco en el trabajo comunitario tuve una experiencia con un pseudo líder de la parroquia y recibí muchísimo apoyo de la organización y de personas en ella dispuestas a asesorarme en un momento en el que me quebré emocionalmente”, dice Meira Ríos, de 51 años de edad e integrante del PLF.

Margaret Hidalgo, especialista en capacitación de este programa, indica que a través de estudios preliminares se dieron cuenta que la mayoría de las mujeres que lo integran vivió alguna situación de vulnerabilidad. “No solamente de violencia, sino de diversas maneras. Por ello cuando ingresan empiezan a crear un espacio seguro para la catarsis, la reflexión y tomar conciencia de las acciones que veían como normales”, afirma.

La coordinadora de la iniciativa, Camila Oropeza, explica que el Programa de Liderazgo Femenino nació en Alimenta la Solidaridad desde que abrieron los comedores. “Empezamos a observar que las personas que más asumían los roles eran mujeres, ellas son más de 85% de los voluntarios. Y en 2019 decidimos crear el programa con el objetivo de fortalecer ese liderazgo que estábamos observando”, expresa.

Oropeza destaca que en el PLF hay cinco meses de formación en los cuales, a través de encuentros, se reflexiona y se desarrollan herramientas. Además, se trabajan temas de derechos humanos y de la mujer “porque ellas terminan detectando, ayudando y aportando en sus comunidades”, añade Oropeza. Los meses siguientes son de activismo.

Marialbert Barrios. Foto: Raúl Romero/HispanoPost

En estos espacios, la mayoría hechos a distancia, cuentan con distintas venezolanas invitadas. El más reciente encuentro fue el pasado 18 de marzo y entre las presentes estuvo la diputada más joven de la Asamblea Nacional de 2015, Marialbert Barrios quien recordó que “las mujeres en representación popular son apenas 30%”.

Arelis Macayo, quien conforma el grupo de venezolanas del PLF, describe que lo que sabía hacer era ser una esposa y por años “aguantó muchas cosas que quizá no merecía aguantar.” Sentía que dependía de su pareja y que sin él “podía morir, pero ahora hay una comunidad que la necesita”.

Actualmente, el programa cuenta con dos cohortes y presencia en siete estados, aunque busca ampliarse en las más de diez entidades en las que está Alimenta la Solidaridad. El equipo de mujeres que conforman esta segunda cohorte que empezó en noviembre de 2020 lo hizo durante un año de pandemia, en el que según el Monitor de Femicidios de Utopix hubo 256 femicidios en Venezuela. 186 ocurrieron durante la cuarentena.

Mujeres que conforman el PLF. Foto: Raúl Romero/HispanoPost

Ante esta realidad, en el programa aumentaron el apoyo psicosocial para las venezolanas que se forman. Ellas “se terminan convirtiendo en una especie de nueva referencia de ser mujer venezolana”, dice Camila Oropeza.

Amelia Flores, quien forma parte de la primera cohorte del PLF, afirma sentirse completa. Meira Ríos enfatiza que es una líder y María Santa Cruz, también integrante del programa, sostiene que para un país “el rol de la mujer es importantísimo”.

Texto y entrevistas: Abigail Carrasquel

Cámara: Raúl Romero

Edición de video: Guillermo de la Cabada

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