“No denuncié a Humberto cuando tenía que haberlo denunciado. Fue mi gran error”, lamenta Yosladi Franquis, de 31 años de edad, quien hoy es calificada como “sobreviviente”. El 8 de noviembre de 2020 fue atacada por su exnovio Humberto José Longa Díaz, quien le propinó 12 puñaladas -cinco en la mano izquierda, una en la cabeza y seis en el cuello- que la enviaron a terapia intensiva por 15 días, además de haber tenido que superar otros tres días en coma inducido.
¿La razón de este ataque? Franquis explicó que tuvo que ver con su negativa a continuar con la relación sentimental que mantenía con Longa Díaz. Con miedo y con la voz entrecortada por el sentimiento que le produjo revivir el momento, contó: “Él era una persona muy atenta. Él era como el príncipe azul, siempre buscaba la manera de hacerme sentir bien (…) de repente comenzó a tener actitudes muy extrañas, comenzó a llegar a la casa con los ojos rojos, empezó a irse con sus amigos y a llegar con olor a droga”.
Aseguró que su expareja siempre le negó que estuviera consumiendo sustancias psicotrópicas. Sin embargo, sus actitudes evidenciaban todo lo contrario, razón por la que decidió abandonarlo, lo que desencadenó una primera reacción agresiva de su parte. Con el apoyo de su familia, Longa Díaz logró que Franquis no acabara con la relación en ese momento. No obstante, a los días el episodio de violencia se repitió, lo que provocó el final de la relación.
A pesar del acoso físico, verbal y cibernético, Franquis no veía las alertas. En la mañana del 8 de noviembre Longa Díaz se apareció en las cercanías de la casa de su expareja. “En un día me llamaba hasta 10 veces a mi celular, se aparecía en mi trabajo. No lo denuncié y ese fue mi gran error (…) De camino a mi trabajo siento unos pasos detrás de mí y era Humberto. Me dice para hablar y le digo que no, porque voy tarde al trabajo. Mete la mano en la parte de atrás de su pantalón y saca la navaja”.
«Me apunta la navaja y me la clava hacia el lado derecho de mi cuerpo. Me dice: ‘Vente, vamos a mi casa que vas a ver lo que te va a pasar’. Le supliqué que me dejara ir, que no hiciera nada de lo que se pudiera arrepentir. Intentando subir la rampla me caí y él se monta sobre mí y me empieza a apuñalear y me veía a los ojos diciéndome que me iba a morir. Con la mano izquierda intento alejarlo, había dos hombres que me podían ayudar y nadie me ayudó. En eso me clavó la última puñalada que fue en el cuello, mide más de 15 centímetro, sacó la navaja y comienza a salir la sangre a chorros y se impresiona. Limpió la navaja y se fue corriendo. Fue en ese momento que los vecinos me ayudaron. Yo les pedía que no me dejaran morir para no dejar sola a mi hija”.
Yosladi Franquis, atacad por su expareja
Amenaza latente
Mientras Franquis intentaba aferrarse a la vida, la situación país tampoco le facilitó las cosas. Al llegar al hospital no había camillero ni camas para ser atendida con la brevedad que necesitaba, porque la pérdida de sangre superaba sus posibilidades de mantenerse consciente. Tres días después del coma inducido, no lograba sentir su cuerpo. “Estoy viva de broma, pero aún después de todo eso fui a la Fiscalía y me dijeron que ya estaba ‘solicitado’. Hoy me entero que no está solicitado nada, sigue prófugo de la justicia”.
A pesar de que fue un hecho público y notorio, que sucedió a plena luz del día en una de las calles del sector La Bandera de Caracas, hoy en día Longa Díaz sigue prófugo e intimidando a Franquis. “Yo tuve que irme del país por mi vida y la de mi hija, mientras él sigue acosándome, escribiéndome. A principios de julio del año pasado me escribió desde una cuenta de Facebook nueva y me dijo que iba a matar a cada uno de los integrantes de mi familia y a mí me iba a dejar de última. Que de lo único que se arrepiente en esta vida es de no haber terminado lo que ese día inició, de resto no se arrepiente de nada. Aún estando aquí, bien lejos de él, él sigue amenazándome, escribiéndome, me manda fotos, me manda videos. Ya no sé qué quiere él de mí”.
Como Franquis, hay otras mujeres venezolanas que han tenido que vivir experiencias desgarradoras, aunque no todas han podido sobrevivir y tener la valentía de contarlas. Aimée Zambrano, creadora del Monitor de Femicidios de Utopix, señaló que las condiciones de la violencia basada en género en Venezuela “han cambiado mucho con relación al año pasado y a los primeros meses del año. Vemos que hay una gran cantidad de casos dirigida a las mujeres, una gran cantidad de casos de abuso sexual infantil y, además, vemos que durante el mes de abril han ocurrido una gran cantidad de casos de femicidios”.
Zambrano indicó que las mujeres han denunciado casos de revictimización cuando se dirigen a los órganos receptores a hacer la denuncia: “Es importante que sigamos exigiendo justicia y que se tomen las denuncias como son. Sigue pasando que hay que hacer viral los casos de violencia para que sean tomados en cuenta por las autoridades. Desde el Monitor de Femicidios de Utopix, en el subregistro que llevamo contabilizamos 41 casos de femicidio hasta febrero. En marzo contamos entre 13 y 16 casos, aproximadamente, estamos terminando el levantamiento y durante abril hemos contabilizado 11 casos de femicidios”.
Educar desde pequeños
Monitor de Femicidios de Utopix calcula que en Venezuela se producen entre 15 y 20 femicidios al meses. Uno de los casos más reciente fue el de Crisbelis Sarmiento, la joven de 22 años de edad, que fue asesinada por Jesús Alejandro Alcalá Romero, el pasado 9 de abril, en la ciudad de Puerto La Cruz, en el estado Anzoátegui.
De acuerdo con los familiares y amigos de la víctima, Sarmiento y Alcalá Romero se conocieron a través de Facebook y coordinaron una cita en un local nocturno. Tras las investigaciones de los cuerpos de seguridad se determinó que luego de un rato en el local se fueron a la vivienda de Alcalá, quien bajo efectos de estupefacientes y sustancias psicotrópicas acabó con la vida de Sarmiento, después de que ella se negara a mantener relaciones sexuales con él.
La desaparición de Sarmiento fue la alarma para sus familiares de que algo malo había pasado y tras casi una semana de no volver a casa, el cadáver de la joven fue encontrado enterrado en el patio de la vivienda de los abuelos de su victimario, quien será imputado por el Ministerio Público por femicidio agravado.
Zambrano insistió en que, una vez que se tiene identificada la cercanía de udepredador sexual lo mejor es apoyarse en los recursos existentes: “Lo primero es la denuncia y lo segundo es apoyarse en las redes feministas de mujeres. Es una manera de blindarse ante alguna posible amenaza a la vida. Todas juntas podemos incidir y tener más fuerza para lograr cambios, como que la denuncia sea tomada en cuenta y el agresor vaya preso. Creo que otros protocolos de seguridad son los ya conocidos: salir en grupo, informar a alguien más sobre tu paradero y educar a los niños al tema del respeto y no ejercer violencia hacia las mujeres, para que no crean que es natural ejercer violencia, acosarla, amenazarla. Eso es super importante enseñarlo desde que están pequeños”.
Dado que durante el inicio de la pandemia se comenzaron a visibilizar otros métodos de violencia basados en género, como el acoso callejero, el movimiento Método Wom buscó la manera de crear una alerta a las autoridades y trabajar en la prevención de esos hechos. Se creó la Alerta Morada, para que las mujeres venezolanas se sintieran seguras andando por la calle, se detectaronlos espacios más frecuentes donde se presentaban estos casos, se determinaron los tipos de violencia y se creó un monitor que fue ejecutado en conjunto con algunos cuerpos de seguridad, como la Policía de Chacao.
También crearon el «Manual para la prevención de violencia hacia la mujer en el espacio público», que fue elaborado junto a Hermanas Naturales. Una activista de Método Wom, quien prefirió mantener su nombre en reserva, explicó que se trata de “un manual bastante sencillo y lo que busca es que las mujeres puedan, de una u otra forma, prevenir la violencia en el espacio público, como el acoso callejero, abuso sexual en la calle, persecuciones, secuestros. Para poder prevenir estas situaciones sacamos este manual, al que pueden acceder si escriben a nuestro correo [email protected]. Es un manual personalizado que se envía confidencialmente a las mujeres que lo quieran adquirir. No lo hacemos público porque no queremos que llegue a manos de los agresores”.
Recientemente, Método Wom lanzó un proyecto que se llama Red Amiga, donde muchas voluntarias alrededor del mundo servirán como puntos focales de género en los Estados para ayudar a las mujeres migrantes venezolanas que estén sufriendo una situación de violencia de cualquier tipo. “Estamos haciendo los mapeos de servicios, estamos buscando los puntos focales y ya hay una red consolidada, porque en Método Wom buscamos siempre resolver las problemáticas que se les presentan a las mujeres”, relató la activista.