Movimiento obrero paraliza Argentina para exigir reformas económicas

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    El paro nacional «sin movilización» generó controversias desde el día de su anuncio: de un lado el gobierno que nunca tomó en serio la medida de fuerza; y del otro los líderes sindicales, mirados de reojo por «no ir a fondo» con las necesidades de los trabajadores. Sin embargo, fue la autodenominada “tercera posición» la que salió a la calle y dejó en claro que ellos sí paraban, sí se movilizaban y que sus columnas no iban a retroceder ante la amenaza del ministerio de seguridad de aplicar el tan esperado «protocolo antipiquete».

    Hispanopost recorrió desde temprano las calles de Buenos Aires y vivió de cerca manifestaciones pacíficas, enfrentamientos con la policía y básicamente caminó junto a un grupo reducido y diseminado en diferentes puntos de la ciudad, que dejó en claro que no está de ningún lado de la famosa «grieta» que divide a los argentinos.

    Los movimientos de izquierda, agrupados detrás del Partido Obrero, coparon los principales accesos a la capital argentina desde las primeras horas de la mañana. El temor de aquellos que no se arriesgaron a trabajar por temor a represalias, los que se adhirieron y muchos que no tenían forma de llegar por el cese de actividades de los medios de transporte, colaboraron para que las calles se mostraran desiertas.

    Gustavo Lerer, delegado opositor de los trabajadores del Estado, titular de «Causa Obrera» y enfrentado a los líderes de su propio gremio, se mostró orgulloso de haber ganado las calles en un día tan importante, aunque lamentó no contar con movimientos masivos que soporten incluso «la intervención policial».