La ONG Favela Verde nació inicialmente en 2011 en la comunidad de Chapéu de Mangueira, fundada por sus moradores. En 2013, la bióloga catalana Eva Vilaseca junto con otro de los co-fundadores comienza un nuevo proyecto, esta vez medioambiental, en la favela de la Rocinha en colaboración con los fundadores iniciales de esa organización. Tiempo después el equipo de la Rocinha adopta la totalidad del proyecto.
Los voluntarios buscan la transformación social de las favelas a través de proyectos socio-ambientales y de procesos de participación comunitaria junto con los propios moradores. Caminhos do Lagarto es el más vivo ejemplos, un proyecto de ecoturismo emprendedor que involucra a los propios moradores convertidos en guías locales que no solo muestran la belleza del entorno, sino que consiguen además generar una renta. Actualmente está compuesto por 15 vecinos y ofrece cuatro circuitos, uno de ellos, una senda circular de cuatro horas que atraviesa el Parque Nacional de Tijuca y que ya está en vías de oficialización y que, sin duda, es uno de los mayores atractivos.
La ONG trabaja también con los más pequeños a través de proyectos de educación ambiental en las escuelas para concienciarlos sobre la necesidad de respetar el medio ambiente y su entorno natural. En la actualidad operan en uno de los centros de la parte alta de la Rocinha, pero el objetivo es llegar a todas las escuelas de la favela.
Otras propuestas pasan por el urbanismo participativo con iniciativas como la caxinha, con la construcción de una plaza pública a través de la participación de los vecinos y el uso de técnicas y materiales reciclados. El tratamiento de aguas residuales con procesos ecológicos de bajo coste, la instalación de postes solares y la recogida selectiva de residuos son otros de los proyectos.
