En los últimos tiempos, Miami, se ha convertido además de un paraíso de compras, en un epicentro del diseño que cada vez más llama la atención de diseñadores y marcas provenientes de todo el mundo debido al crecimiento que la ciudad del sol ha tenido en los últimos años. Nabys Vielman se instaló en esta particular metrópoli del sur de la Florida con la idea de llevar su visión del estudio de la línea y su propuesta artística a un público que cada vez más pone sus miradas en diseñadores independientes.
Vielman, con una sólida carrera en Venezuela, mudó su centro de operaciones al corazón de Brickell, desde donde ahora más allá de sus típicos tonos blanco y negro, por los que era famoso, incorporó una impronta que nunca antes habíamos visto. Su manejo del color es perfecto y tiene una habilidad para mezclarlos que hasta podría pasar por italiano. Se lleva el Oscar en desarrollo y trabajo con el color.
Nabys tiene una propuesta en la que el arte se vuelve protagonista, pues la ropa le ha servido de excusa para explorar y trabajar la geometría y diferentes manifestaciones artísticas. El mayor atributo de sus piezas, es que pueden pasar por timeless, y además de su maravillosa confección, son prendas que arropan el cuerpo de la mujer y sacan a relucir sus cualidades, así como a ocultar ciertas imperfecciones.
